Participar como voluntaria en los Juegos Paralímpicos de París ha sido la «guinda» a una vida vinculada al deporte. Así lo percibe la palentina Ana Buisán, quien estuvo este verano ayudando en la organización de la cita deportiva celebrada en Francia.
Después de pasar un proceso de selección, primero a nivel nacional y después internacional, Buisán tuvo el privilegio de vivir las paralimpiadas desde dentro. En concreto, fue destinada como voluntaria a Châteauroux, una localidad a casi 300 kilómetros de París donde se encontraba el campo de tiro para las pruebas de esta disciplina.
«En las paralimpiadas, todos los deportes tienen muchísimas dificultades. No hay uno con más esfuerzo que otro: todos tienen su mérito y fortaleza», relata Buisán a Diario Palentino. «Estamos acostumbrados a ver a los atletas correr los 100 metros como dioses. Estar aquí hace que veas a las personas con discapacidad hacer también un esfuerzo muy grande y, además, su forma de ser es sencilla», añade.
Entre sus tareas como voluntaria, Buisán se encargaba del desplazamiento de las personas, tanto de espectadores como de atletas, a lo largo del campo de tiro. Dada su gran extensión, era necesario moverse con un vehículo similar al buggy.
Otra de sus funciones pasaba por orientar a los aficionados tras entrar en el recinto, comprobar que su información era correcta e indicarles dónde se encontraban los puntos de interés.
Para superar el proceso de selección, no solo fueron necesarios los idiomas (con especial énfasis en el francés y el inglés), sino también el trato humano y con los deportistas. «Todos los voluntarios que allí estábamos coincidimos en la forma de querer actuar, en querer hacer las cosas de la mejor manera posible y que todo salga bien, tanto para los atletas como para los espectadores», asegura la palentina, quien, a renglón seguido, pone en valor la amabilidad de todo el equipo. «Lo primero que encontrabas en cada persona era una sonrisa, no un nombre», afirma.
Ana Buisán tuvo la oportunidad de ser voluntaria en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, pero finalmente se decantó por acudir solo a estos últimos. Una experiencia que califica como «gratificante» y que, como ella misma asegura, la ha ayudado a «crecer en la faceta personal». «Ha merecido la pena por ver la energía y la fuerza de los atletas. Estoy súper contenta», manifiesta.
ANÉCDOTAS. Más allá del trabajo y la experiencia, Ana Buisán regresó a su casa con varias anécdotas en su maleta.
«Un día me encontré a la mujer de Juan Antonio Saavedra sin saber que era ella con una bufanda de España. Cuando la ví, le dije que había que animar a España, que estaba en el campo de tiro Juan Antonio Saavedra. Ahí me dijo que más valía animar porque era su marido. Después nos hicimos una foto los tres», relata Buisán. Cabe resaltar que este deportista regresó de París con una medalla de bronce en la modalidad de tiro.