Asaja Palencia aconseja a los agricultores que vigilen las parcelas de sus explotaciones para conocer la evolución del topillo campesino y puedan medir los posibles daños que ocasionen hasta la recolección. La advertencia se comunica en especial a los profesionales de la zona de Tierra de Campos, donde ya se ha detectado una creciente presencia del roedor, así como perjuicios en cultivos de cereales y forrajes.
"La vigilancia ha de hacerse en el interior de la parcela, sin fiarse tan sólo de una primera impresión desde la periferia", detallaron desde la organización agraria a través de un comunicado. "Esta práctica es importante cara al posible parte de siniestro en el seguro agrario, que cubre este daño, si bien la existencia de franquicia acaba determinando que el agricultor deba asumir parte del coste de esos perjuicios. Este contratiempo, unido a los precios relativamente bajos de la producción en cereales y forrajes con respecto a los costes productivos, puede mermar de manera significativa la rentabilidad de una campaña que a priori se presenta positiva".
Además, desde Asaja Palencia reclaman a la Junta de Castilla y León que establezca un mecanismo para compensar al agricultor la parte de los daños del topillo campesino que no cubre las pólizas del seguro. Para la organización, es una "cuestión de justicia" ante la falta de solución eficaz contra esta plaga cíclica y sus graves daños en la agricultura, sin menospreciar el riesgo que supone para la salud humana, al ser una especie que contagia enfermedades como la tularemia.
"Durante casi dos décadas, el esfuerzo investigador se ha focalizado en diagnósticos y análisis del comportamiento del topillo, pero no en actuaciones para un control real de las explosiones demográficas que registra la provincia de Palencia desde la grave crisis de 2006 a 2008, la más importante en extensión, magnitud e incidencia. La experiencia de anteriores repuntes de la población del topillo muestra que, en cualquier caso, el profesional del campo nunca alcanza la compensación ajustada al daño efectivo de la plaga, sin contar el riesgo al que se exponen su salud y la de sus familiares.
Tras la primera plaga de 2006-2008, amplias áreas de la provincia de Palencia, en especial en Tierra de Campos, han padecido otras de diversa intensidad las campañas 2009-2010, 2011-2012, 2013-2014, 2016-2017 y 2028-2019, a la que se une la de este año, vaticinada ya hace meses, cuyo alcance final se verá en los próximos meses. "El buen aspecto que presentan las parcelas, tras una primavera con precipitaciones, está impidiendo en cierta medida conocer a primera vista los daños del topillo, que está presente en muchas de ellas", advierten desde ASAJA.