Al extremeño le bastó solo su primer toro para abrir de nuevo la puerta grande de Campos Góticos. El idilio que mantiene con Palencia desde hace años volvía a ponerse manifiesto. «Afortunadamente, he encajado muy bien en esta plaza, donde he indultado dos toros, de ahí que siempre que vengo lo hago con una enorme ilusión y con ganas de entregarme y que me vean torear bien».

Su primer toro le permitió lucirse y realizarle una grandísima faena made in Perera. «Gracias a Dios fue un animal con condiciones que me dejó expresarme y torearlo muy despacito», aseguraba a Diario Palentino tras pasear las dos orejas. 

Pese ser operado el día antes del festejo del percance de Cuenca, Perera se entregó de principio a fin. «Venía muy mermado y he sufrido muchas molestias durante la lidia, al tener una costilla fracturada y esa cornada envainada de la que me tuvieron que operar. Pese a todo, la he sufrido en silencio y he tratado de que se notara lo menos posible para estar en la plaza como creo que debo de estar», explicó en matador.