Palencia y su provincia cuentan con sociedades laborales de éxito, lo que «demuestra que debemos apostar por esta fórmula empresarial de la economía social que incorpora junto con los criterios de eficiencia y viabilidad económica, caracteres propios de las empresas de la economía social con valores y principios como la gestión democrática y participativa o la igualdad de oportunidades, así como la preocupación medioambiental y social», afirma la palentina María Soledad Fernández Sahagún, que con su tesis doctoral en Derecho titulada La sociedad laboral: estatuto jurídico de las personas socias trabajadoras y administradoras obtuvo la máxima calificación (sobresaliente cum laude).
Estas entidades «anteponen las personas al capital» y «se afianzan en el territorio en el que se crean», por lo que «ayudan a solventar o por lo menos a paliar los problemas de una extensa región como Castilla y León acuciada, amenazada, además, por el envejecimiento de la población, el abandono del medio rural y una fuerte masculinización de los sectores productivos (en especial el agrario) y la consecuente descapitalización empresarial que ello termina propiciando», señala.
investigación. La línea de investigación de Soledad Fernández Sahagún, y de su área departamental en Palencia, versa sobre empresas de la economía social -en especial sociedades cooperativas y sociedades laborales- como fórmula de dinamización del territorio, a través del emprendimiento colectivo. Son figuras no suficientemente conocidas en las que la investigadora ha trabajado durante años desde su incorporación a la Universidad de Valladolid a través de un contrato predoctoral conseguido en convocatoria competitiva.
fórmulas. Es de vital importancia el conocimiento de estas fórmulas jurídicas asociativas que dinamizan económicamente el territorio. Su mecánica de funcionamiento, gestión, constitución, así como los aspectos relacionados con la sucesión de estas empresas (también en el ámbito familiar) facilitan su promoción. Esta línea de trabajo es para Fernández una apuesta, no solo personal e institucional.
La flamante doctora cree que trabajar en estas formas jurídicas de autoempleo colectivo «favorece la actividad empresarial y coadyuvan al impulso social a través de la inclusión y la sostenibilidad, buscando un equilibrio entre la eficiencia económica y la resiliencia social y ambiental, así como una distribución más equitativa de la renta y la riqueza». Las sociedades laborales junto con las cooperativas «son de vital importancia en nuestro territorio como fuente de generación de empleo estable y de calidad, dinamizando lo social desde lo económico», incide.
En un territorio como este, en el que la despoblación supone un «reto», pero que «al mismo tiempo posee importantes recursos desde lo agroalimentario a lo patrimonial», el estudio de las entidades de la economía social como las cooperativas y las sociedades laborales «puede y debe servir para visibilizar estas formas jurídicas como fórmula idónea de autoempleo colectivo generadoras de empleo en el propio territorio en el que se asientan», asevera. Se trata de empresas que «no se deslocalizan», por lo que, junto a la generación de riqueza y empleo, «dinamizan nuevos proyectos de emprendimiento en el territorio», concluye.