Muerte en un campo de concentración

Fernando Pastor
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En Mauthausen-Gusen murió Faustino Rojo González, natural de Hérmedes de Cerrato, el 10 de diciembre de 1941

Muerte en un campo de concentración

Mañana, 10 de diciembre, se cumplen 83 años del fallecimiento de Faustino Rojo González, natural de Hérmedes de Cerrato, en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen.

Hijo de un carretero de Hérmedes, la familia se trasladó a vivir a Madrid (lo que propició que fueran conocidos como 'los madrileños') debido a que un primo de su padre, el general Vicente Rojo Lluch (nacido en Valencia pero de ascendencia en Hérmedes), máxima autoridad militar de la República, le había prometido colocar a sus hijos en el ejército. 

El único de los hijos que por edad se acercaba a la posibilidad de comenzar la carrera militar fue Faustino. Aún así fue necesaria una pequeña trampa que a la postre sería fatal: falsificar su partida de nacimiento para que figurara con tres años de edad más que la que en realidad tenía. 

Muerte en un campo de concentraciónMuerte en un campo de concentraciónEn un principio desempeñó la función de asistente del general, pero luego hizo carrera, llegando a teniente, y como tal combatió en la guerra civil. 

Finalizada la misma, con la derrota del bando republicano, se vio obligado a huir a Francia, donde se enroló en la resistencia al nazismo. Fue apresado por los nazis y conducido al campo de concentración de Gusen, 'sucursal' del más importante, Mauthausen, y a escasos kilómetros de esta ciudad austriaca. De hecho, desde el verano de 1940 el campo de concentración pasó a llamarse Mauthausen-Gusen.

Este campo, uno de los más grandes, era conocido como el 'campo de los españoles' porque por él pasaron más de 7.000 ciudadanos del estado español, de los que perecieron unos 5.000. Dado que Franco indicó a las autoridades nazis que no había ningún ciudadano español en el extranjero, les fue colocado el triángulo azul que identificaba a los apátridas, aunque con una S (que significaba Spanier).

Muerte en un campo de concentraciónMuerte en un campo de concentraciónMauthausen-Gusen estaba catalogado como de grado III, el de mayor dureza (registró muchos miles de víctimas). Los internos eran empleados como esclavos en una cantera de granito, debiendo llevar continuamente grandes moles a lo largo de una escalera de 186 escalones, mientras eran golpeados como animales. Los que no morían de extenuación lo hacían en la cámara de gas o de cualquier otra forma de exterminio como ahorcamientos, fusilamiento, experimentos médicos, etc.

Allí murió Faustino Rojo González el 10 de diciembre de 1941. En los datos de la defunción figuran su nombre, su edad (24 años), la fecha del fallecimiento y su procedencia: Hérmedes de Cerrato-Palencia. 

Esos datos fueron sacados de su partida de nacimiento, por lo que la edad es falsa. En realidad tendría 21 años. El error viene de la falsificación hecha en su día para que pudiera acceder a un empleo en el ejército junto al general Vicente Rojo, el primo de su padre. Quién sabe si de no haber falsificado la partida de nacimiento no hubiera podido entrar en el ejército y no se hubiera visto obligado a huir a Francia tras la guerra, con todo lo que vino después hasta su fallecimiento en ese campo de exterminio en Austria.

En el Boletín Oficial del Estado (BOE) de 9 de agosto de 2019, que publica el listado de españoles fallecidos en campos de concentración, figura como fecha de nacimiento el 15 de febrero de 1918.

Al haber sido detenido en Francia, el gobierno francés le ha reconocido como combatiente contra el nazismo, por lo que hace unos años le concedió una medalla y una indemnización de 6.000 euros para sus descendientes, que al no tener hijos pasó a los sobrinos. Pero estos, por diversas razones, renunciaron al dinero y se conformaron con el reconocimiento del Gobierno francés.

Similar caso al de Faustino fue el de otros dos cerrateños: Mariano Olea Babón y Agustín Olea Madrid, ambos de Renedo de Esgueva (Cerrato vallisoletano). Ingresaron en la prisión de Fallingbostel (cárcel para prisioneros de guerra, en el norte de Alemania) con los números 87.260 y 87.266 respectivamente. Con posterioridad fueron deportados al campo de concentración de Mauthausen-Gusen, donde se les asignan los números 6.073 y 6.074. En este campo de concentración fallecen. Mariano muere el 24 de noviembre de 1941 y Agustín dos días después. Tenían 39 y 29 años, ya que nacieron el 7 de octubre de 1902 y el 28 de agosto de 1912 respectivamente (aunque el citado listado del BOE cita como fecha de nacimiento de Agustín el año 1918).

Su historia vital ha sido recogida en el Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), de Benito Bermejo y Sandra Chica, editado por el Ministerio de Cultura, así como en los estudios de la investigadora Orosia Castán, en un trabajo en el que describe la vida y la muerte de miles de españoles en los campos de concentración nazis, asesinados metódicamente en aplicación de planes de exterminio perfectamente organizados: cámaras de gas, cámaras de hielo, experimentos médicos y físicos, malos tratos o simplemente hambre, frío y agotamiento, fueron las causas de las muertes de los españoles.

En el mismo listado figura otro cerrateño, Antonio González Zarzosa. Había nacido en Torquemada el 26 de junio de 1906 y falleció en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen el 1 de enero de 1942, con 35 años de edad. 

Otros dos más estuvieron internadas en estos campos de concentración: Ciro González, de Torquemada, cuyo final se desconoce oficialmente, y una mujer, Ángeles Cabeza, de Magaz de Pisuerga, de la que sí se sabe que no falleció allí sino que fue liberada por los aliados.

San Bernardo.

Además en el Cerrato vallisoletano estuvo ubicado uno de los campos de concentración del franquismo. Concretamente en el monasterio de Santa María, en San Bernardo. Era un campo de concentración dedicado a clasificar a prisioneros del bando republicano. De dicha clasificación dependía su destino: enviados a sus localidades natales con el estigma correspondiente y la obligación de hacer servicio militar durante años; enviados a prisión; o sometidos a juicios sumarísimos de los que se derivaban fuertes condenas (incluido el fusilamiento).

Sobre estos campos de concentración internos y su ubicación habla Carlos Hernández de Miguel en su libro Los campos de concentración de Franco.