Adiós con el corazón

David Correia
-

Elena Cuadrado se despide del Costa del Sol Málaga con un título de liga bajo el brazo y afronta su primer curso en el Elda Prestigio

Elena fue homenajeada en su último partido en Carranque - Foto: Costa del Sol Málaga

Con las lágrimas en los ojos por cerrarse una preciosa etapa de su vida. Así zanjó Elena Cuadrado su periplo en el Costa del Sol Málaga, con el que la temporada pasada consiguió el título de campeona de la Liga Guerreras Iberdrola, la máxima categoría del balonmano femenino español. Han sido dos años de mucho crecimiento para la palentina en la ciudad andaluza, pero ahora toca decir adiós. El Elda Prestigio, también de la Liga Guerreras Iberdrola, la da la bienvenida.

Elena Cuadrado atiende a Diario Palentino y hace balance de esta última temporada. «El objetivo era conseguir algún título porque en los años anteriores el club venía con una trayectoria muy buena. Al final no se ha conseguido por equis circunstancias, aunque nos hemos quedado muy cerquita de todos. Eso no quiere decir que sea un fracaso. Ganar un título es muy difícil. No debe tomarse por costumbre. Cuesta mucho y hay más equipos que están luchando día a día por ello. El resultado es bastante positivo porque hemos acabado con buenas sensaciones», explica.

A nivel individual, reconoce que ha sido una temporada «un poco rara para mí. Me costó un poco al principio y cuando mejor me he encontrado ha sido al final, cuando no he tenido ninguna preocupación de ningún tipo. Me han condenado los nervios durante la temporada, el querer hacerlo bien. Cuando sales así a jugar es cuando peor te salen las cosas». Y es que la de Villasarracino no ha gozado este curso de todos los minutos que la gustaría. «Al acumular menos minutos que otros años es la pescadilla que se muerde la cola. Cuantos menos minutos tienes, mejor lo quieres hacer y en el menor tiempo posible. Eso es muy complicado», asegura.

La palentina recibió un obsequio del clubLa palentina recibió un obsequio del club - Foto: Costa del Sol MálagaPese a todo, Elena se lleva un grato recuerdo de Málaga. «A nivel de gestión de sensaciones, mental, he crecido un montón. Salir de tu zona de confort es necesario porque siempre te va a aportar cosas que no has tenido en tu zona de origen. Yo me llevo un aprendizaje brutal, no me arrepiento para nada de hacer lo que hice en su día. Me quedo con lo bueno y me voy con la sensación de haber aprendido mucho a gestionarme a mí misma, a vivir otro tipo de situaciones que no había vivido antes. Más que una espinita, me llevo una experiencia», afirma.

Carranque, la que ha sido su casa hasta hoy, la despidió con un emotivo homenaje. «No podía parar de llorar. Me daba muchísima pena, no solo por mí, sino también por el resto de compañeras que no continuaban en el equipo o dejaban el balonmano. Fue un momento muy bonito, aunque con las lágrimas en los ojos. Agradezco al club el detalle que tuvo y a la grada por cómo se volcó».

Ahora, vacaciones. Vuelta a Palencia en unos días para recargar las pilas. Y a finales de julio, comienza la pretemporada en Elda. «Creo que me va a venir bien el cambio, necesito aires nuevos. Y, sobre todo, me voy en busca de un poquito más de minutos, de protagonismo. Necesito recuperar la confianza que este último año no he tenido. Elda es un equipo que ascendió la temporada pasada y tiene un proyecto bastante bueno. Trabajan bien desde abajo, desde la base. Su objetivo es ir creciendo poco a poco, ascendiendo puestos y consiguiendo cosas. En unos años va a ser un equipo bastante potente», explica.

La palentina salía del Aula vallisoletano hace dos años  rumbo a Málaga en busca de un reto muy exigente. Ahora se despide del Costa del Sol con un título liguero bajo el brazo. Y con muchos cambios en su vida. «Me llevo bastante más conocimiento. Cuando entrenas con gente distinta y de mucho nivel te enriqueces muchísimo. A nivel personal, he aprendido a ser mucho más paciente. Más realista con lo que hay. A aceptar las cosas sin perder las ganas y la ilusión», sentencia.