Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


El mito y su adiós

18/05/2024

Al mito se le mima, se le respeta, se le cuida y se le abren las puertas grandes cuando tiene que salir. Y un mito puede ser global o local, puede haber ganado Mundiales y balones que brillan o haber jugado 15 temporadas en un club, quedado tras un descenso desoyendo ofertas más jugosas de la élite, logrado un gol decisivo para la historia del modesto, congeniado con una grada y una ciudad que no eran las suyas de entrada pero sí de salida, nacido con el escudo 'tatuado' en el pecho, sido recogepelotas y benjamín y alevín y cadete y juvenil hasta alcanzar el sueño del primer equipo… Es algo que trasciende al podio, a los trofeos y a la gloria de cualquier título. Y aunque, paradójicamente, 'mito' y 'humano' parecen antónimos, no hay nada más cercano a una afición que la parte 'mítica' del hombre, el futbolista de a pie, uno de los nuestros para siempre. 


Son fechas de despedidas. Algunas se ejecutan con todos los honores, con planificada premeditación, con un pasillo y toda la pompa que el mito merece. En dos jornadas consecutivas, salieron de Bilbao Raúl García e Íker Muniáin, y todo se ejecutó 'a la bilbaína'. Imposible hacerlo mejor. La 'cosa' se anuncia con tiempo y se prepara el corazón y los lacrimales de los forofos para el día señalado, y estos acuden en masa porque, además del partido en sí, también se juega un trocito de historia del club. 


Pero, ay, la salida de Jesús Navas del Pizjuán, con lágrimas en los ojos, sin que nadie supiera por qué, levantó ampollas. Tras un partido bochornoso, uno más en una temporada penosa,  y con pitos por todo el campo, los 684 partidos oficiales del eterno capitán quedaron diluidos en un doble cambio del minuto 84. Sí, a los mitos también se les puede despedir rematadamente mal. 

ARCHIVADO EN: Iker Muniain