El candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, se convirtió hoy en el séptimo presidente de la Junta de Castilla y León con los votos a favor de su grupo (29 escaños) y de Ciudadanos (12), que suman los 41de la mayoría absoluta que se requiere en la primera votación.
En contra, votaron los 35 parlamentarios del PSOE, los dos de Podemos y el único de Unión del Pueblo Leonés, mientras que los representantes de Vox y de Por Ávila se abstuvieron. Así, Fernández Mañueco fue investido por las Cortes con 41 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones.
La toma de posesión del ahora presidente electo se producirá este viernes 12 de julio, momento en el que se oficializará su nombramiento como líder del Ejecutivo autonómico, y ya solo faltará conocer los nombres que integrarán el nuevo Gobierno de Castilla y León.
La sesión se cerró con el aplauso de las bancadas popular y naranja y el abrazo de Juan Vicente Herrera y Fernández Mañueco, primero, y después del ya presidente con Francisco Igea. También los procuradores populares felicitaron a Mañueco, así como los representantes de la oposición, Pablo Fernández, Luis Mariano Santos, Pedro Pascual y, finalmente, Luis Tudanca.
La votación comenzó, por sorteo, con el número 31 que correspondió a Miguel Ángel González Rodrigo (Ciudadanos), en la que los procuradores en alto tuvieron que expresar “si”, “no” o “abstención”. Los seis miembros de la Mesa de las Cortes fueron los últimos en emitir su voto, igual que los del Gobierno, en este caso Carlos Fernández Carriedo y Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Fernández Mañueco presentó por la mañana sus propuestas para la Comunidad, en la que gobernará en coalición con Ciudadanos, y ofreció un diálogo sincero y abierto con todos, con los grupos de las Cortes, con los agentes sociales, con el tejido asociativo, con las entidades locales, con el Gobierno central, con el que será leal pero exigente, y con la Unión Europea.
El nuevo presidente prometió un gobierno “honesto, sincero y de actos” y recalcó que quiere ser el “presidente del diálogo”. “Voy a ser un presidente que esté en la calle, con la gente, con sus problemas y sus necesidades, dando la cara, pero también donde se toman las grandes decisiones, en Madrid y Bruselas”.
“Queremos un gobierno de transformación en Castilla y León”, sostuvo para expresar su compromiso con un centenar de medidas consensuadas con Ciudadanos, algunas de ellas las desgranó en un discurso que se prolongó durante una hora y diez minutos.
Como ejes de la acción de gobierno, enumeró el crecimiento económico, la calidad de los servicios públicos, el desarrollo del mundo rural, la lucha contra la despoblación y la regeneración.
Fernández Mañueco recibió duras criticas del socialista, ganador de las elecciones, quien acusó al 'popular' y al naranja Francisco Igea de haber “traicionado a Castilla y León” por un pacto fraguado en Madrid y sin autonomía desde aquí. Tudanca reivindicó la política y la palabra dada y censuró la “política de trileros”, en referencia a los pactos, aunque reconoció la legalidad y legitimidad del acuerdo entre ambos.
En la misma línea, intervino Pablo Fernández, quien cargó de manera expresa contra Igea al que acusó de “cercenar vilmente” el cambio en Castilla y León, a la vez que consideró que habrá “continuidad, degeneración política y cambio de sillones”.
El procurador de Unión del Pueblo Leonés, Luis Mariano Santos, criticó los "32 años de políticas erróneas que han evitado el desarrollo de las provincias del oeste" de la Comunidad Autónoma y culpó a los ‘populares’ de que León, Zamora y Salamanca hayan perdido 165.000 personas.
Se estrenó en la Cámara el procurador de Vox, Jesús García-Conde, quien aseguró que no ve el "cambio" que los votantes de su partido esperaban en el acuerdo de gobierno de PP y Ciudadanos en Castilla y León y planteó una crítica "constructiva" al pacto, si bien rechazó sumarse a la corriente "destructiva" de la izquierda.
Igualmente, el procurador de Por Ávila en la Cortes de Castilla y León, Pedro José Pascual, reclamó a Alfonso Fernández Mañueco un compromiso claro para que su provincia y los abulenses tengan los mismos derechos y oportunidades de desarrollo económico que el resto de los territorios de la Comunidad, y reivindicó que tanto la Junta, como el Gobierno central, deben asumir las deudas históricas que arrastran con los abulenses en materia de infraestructuras y servicios.
Por su parte, Francisco Igea dedicó su intervención a defender por que han suscrito el pacto con el PP y no con el PSOE que centró en los principios de libertad y de igualdad y en la critica a quienes tienen acuerdos con los nacionalistas y separatistas. “Cada pacto con los nacionalistas son menos inversiones para Castilla y León, cada pacto con los supremacistas es menos igualdad para Castilla y León”, sostuvo.
Ante la critica de Tudanca, que puso en valor la buena política y la palabra dada frente a a la política de “trileros”, Igea respondió que no reprochara nada al socialista pero que éste tampoco le reproche nada a él, a la vez que desestimó como algo no “serio” su propuesta de 34 puntos cuando el “tiempo se había agotado”.
Finalmente, cerró el debate el portavoz del Grupo Popular, Raúl de la Hoz, quien defendió que los ciudadanos pidieron moderación y centralidad, aunque reconoció que el PSOE fue el partido más votado. De la Hoz se mostró convencido de que Fernández Mañueco será el “mejor presidente” para la Comunidad y puso en valor algunas de las medidas pactadas con Cs, como las políticas fiscales.