Curtido en mil batallas, militar con vocación de servicio y avezado en varias misiones internacionales en las que la devastación bélica y el dolor causado se graban a fuego en las retinas, al palentino Guillermo Nieto Juárez, brigada del Ejército del Aire desde hace 25 años en la base de Villanubla (Valladolid), no le duelen prendas en reconocer que intervenir en las tareas de recuperación en la Comunidad Valenciana le marcó a nivel profesional y humano.
El veterano militar, con anterioridad guardia de la Casa Real en Madrid, formó parte durante una semana de las rotaciones en seis turnos de unas 30 personas que intervinieron de forma directa en el corazón de la riada para paliar sus devastadores efectos. «En lo personal, como bien sabemos, la solidaridad y la empatía hacia la sociedad son fundamentales en esos momentos tan duros, con pérdidas materiales y humanas. Nos sacrificamos para que la gente esté bien y pueda salir de esta crisis, y eso nos llena de satisfacción. Luego, desarrollar nuestras capacidades en un entorno hostil y poder ayudar a nuestros compatriotas también nos ha enriquecido a nivel profesional y humano», expone sin ocultar orgullo por el deber cumplido.
Las tareas de limpieza y restauración han sido, y siguen siéndolo tres meses después, una constante para tratar de recuperar poco a poco la normalidad en las infraestructuras y servicios. «Estuve en Valencia hace dos semanas y nuestro empeño fue, sobre todo, la limpieza de viales. También hicimos limpieza de los sótanos y cocheras en los niveles uno, ya que en el dos, sin equipos de respiración autónomos, era imposible acceder. Había mucho fango y humedad y, al salir de la zona donde limpiábamos, había que extraerse los equipos de protección individual con mucha cautela. Cualquier roce en los ojos o en la piel con el material quitado puede provocar algún tipo de urticaria o problemas de dermatitis», explica.
En el centro de la riada - Foto: Sara MuniosgurenVULNERABILIDAD. Aunque ha estado en misiones militares en las que la guerra, caso de Afganistán, ha causado estragos, la riada de Valencia a Guillermo Nieto le impactó en la visión inicial con un panorama desolador. «Te das cuenta de la vulnerabilidad que tiene el ser humano y cómo, en este caso, solo en 20 minutos, una riada se puede llevar toda una vida. La resiliencia de la población levantina también nos ha llamado mucho la atención. Es muy loable todo el sacrificio que están teniendo en la reconstrucción de muchos pueblos y viviendas destrozadas. Cuesta creer que en un país como España, occidentalizado, te encuentres con algo muy parecido a una de mis misiones en Afganistán. Coches apilados, calles destruidas, casas caídas y muchos lugares en los que no hay suministro de agua, ni luz, ni televisión», enfatiza.
En resumen, el militar palentino se congratula por haber cumplido una misión humanitaria y está dispuesto a repetirla si es preciso. «A nivel psicológico, brindar apoyo es básico porque la población se encuentra en cierto modo arropada al ver que nosotros estamos trabajando e intentando que vuelvan a la normalidad lo antes posible. Lo que más nos ha impactado es el cariño y la confianza que han puesto en las Fuerzas Armadas para sobrellevar esta situación y que puedan reconstruir su vida. El día a día con ellos nos ha gratificado muchísimo y hemos tenido numerosas muestras de afecto», concluye.