Mañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiaranceles

David Alonso
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El presidente fragua un postura de Comunidad de amplio espectro con partidos, patronal, sindicatos, opas e industria para apela a la unidad y colaboración para proteger a las empresas

Mañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiaranceles

Castilla y León cierra filas de forma unánime como pocas veces lo ha hecho para enfrentar a un enemigo común. Alfonso Fernández Mañueco fraguó ayer una posición de Comunidad de amplio espectro para dejar engrasada la maquinaria y trazar estrategias y medidas con las que Castilla y León haga frente al desafío arancelario de Donald Trump. Unidad, colaboración y participación son las tres patas sobre las que se estructura la estrategia común cerrada este martes entre el Ejecutivo autonómico y los partidos políticos, sindicatos, empresarios, organizaciones agrarias, empresas de la automoción, farmacéuticas, o energéticas. El objetivo es claro: reforzar la posición de la Comunidad ante la política arancelaria. Una treintena de personas pasaron ayer por la Sala de Mapas de la Consejería de la Presidencia en dos turnos para acudir a la llamada del presidente de la Junta para fijar una postura autonómica sin fisuras.

Reuniones que se cerraron con un consenso básico del que solo se desmarcó Vox, que se limitó a exigir la presentación del presupuesto autonómico. Sobre la mesa, Fernández Mañueco y sus consejeros de Economía y Empleo pusieron una estrategia de dos vías que pasa por reforzar las medidas de competitividad e internacionalización. La primera, de carácter estructural, y la segunda, más inmediata, sostenidas por ayudas para que no se cierre el grifo de la financiación del capital circulante y reafirmar la apuesta por la apertura a nuevos mercados.

Para ello, tal y como destacó el portavoz Carlos Fernández Carriedo tras las reuniones, el presidente de la Junta garantizó que el Gobierno autonómico hará un esfuerzo económico adicional con el fin de afrontar los aranceles desde el refuerzo de la marca de calidad que imprimen los productos de Castilla y León. Igualmente, esperan que los tributos a recaudar por los aranceles impuestos desde Europa a EEUU se canalicen hacia los sectores más afectados.

Mañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiarancelesMañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiaranceles

Unas líneas maestras que todos los asistentes valoraron desde diferentes puntos de vista y destacaron la importancia de «ir todos juntos desde la unidad» a la hora de fijar nuevas medidas. De hecho, durante la primera de las reuniones con Diálogo Social, opas y empresas, se emplazaron a abrir a partir de ahora nuevos cauces de colaboración y diálogo, ya de forma individualizada, para afinar las ayudas que requiere cada uno de los sectores afectados ante la incertidumbre de los mercados. «Esto es lo que ahora tenemos por delante, la colaboración de todos los sectores».

Un consenso que aplaudió el director de Estudios de Farmaindustria, Pedro Luis Sánchez, presente en la reunión, que apostó por la «prudencia» y la «calma» ante los aranceles. Algo que no le llevó a ocultar la «preocupación» latente dentro de uno de los sectores «más importantes» en Castilla y León, hasta el punto que la Comunidad es la tercera autonomía con más plantas de producción de medicamentos y un alto nivel de exportación, al suponer el seis por ciento del total de fármacos de toda España.

Sin renunciar a EEUU

Mañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiaranceles
Mañueco aúna bajo su mando un gran consenso antiaranceles - Foto: Rubén Cacho ICAL

La postura marcada por la Junta, no obstante, no escapa de la realidad de que las empresas de Castilla y León no pueden renunciar al mercado como el norteamericano y sus 350 millones de consumidores. «Es un mercado importante para Castilla y León», reconoció Fernández Carriedo, que marcó dos caminos para seguir vendiendo en EEUU. Uno pasa por reposicionar los productos y que los consumidores puedan pagar ese aumento de precios por su «alta calidad», y otro que se tendrá que asumir vía competitividad interna. En cualquier caso, los presentes se conjuraron para aprovechar los 90 días de 'tregua' dados por Donald Trump en su último viraje arancelario para redefinir estrategias, estudiar nuevas líneas y ayudar a las empresas a sacar productos que tengan en stock.