Vida y costumbres: indumentaria masculina

Beatriz Esteban Alonso*
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Blusones de oficios, capas y fajas son varias de las prendas que usaban los palentinos

Vida y costumbres: indumentaria masculina

Como dicen que un hombre se viste por los pies es buena manera de comenzar a hablar de la indumentaria masculina que, aunque siempre parezca que no tiene tanta riqueza o variedad como la femenina, no pasa desapercibida por los cambios que también ha sufrido, aunque hay prendas que se siguen usando en la actualidad.

Hablando de pies no podemos olvidarnos de mencionar un calzado de madera utilizado sobre todo en los pueblos del norte, empleado tanto por hombres, mujeres como niños, las albarcas o almadreñas, denominadas de distinta manera según la zona geográfica. Aún se pueden ver aunque en rara ocasión cuando en los pueblos hace su aparición la lluvia o la nieve y el barro que provoca la desaparición de la misma, la albarca es este calzado de madera realizado de una sola pieza sujeto sobre tres tacos de madera, dos en la parte de delante y uno en la parte de atrás, que se pone tradicionalmente sobre unos escarpines que son una especie de calzas interiores hechas de tela gorda para abrigar y proteger el pie.

Los pantalones de los hombres, normalmente siempre negros o marrones, estaban hechos de paño, estameña o sayal, solía ir abierto en los laterales de la cadera y en el borde inferior, por debajo de la rodilla, atado con botones, cordones o borlas incluso, y en Palencia en concreto podemos hablar del uso de las polainas abotonadas a los laterales exteriores, que se unen al pantalón tapando el resto de la pierna incluyendo los pies, sujetas con cordones, pompones o borlas.

Si el mandil se hacía imprescindible en el traje de la mujer, lo imprescindible en el traje del hombre era la faja, de diversos colores y muy útil para dar calor a la zona lumbar, ya que solía estar hecha de lana, enrollada en la cintura con varias vueltas, en los extremos lleva flecos y se suelen dejar colgando en un lateral. Otras posibles utilidades de la faja era para guardar algún objeto como un pañuelo entre otros.

En cuanto a las camisas de hombres había variedad de formas y tejidos, pero comúnmente eran camisas blancas de lino y distintos tipos de lienzos, amplias para aportar mayor comodidad y generalmente abiertas en su parte delantera y con tirilla en el cuello, que solía ir abotonada con uno o dos botones. 

Una prenda llena de diversidad es el chaleco, prenda sin mangas realizada de distintos materiales, entre ellos, el tan mencionado paño, aunque la pana también apareció en la tradición tras su aparición. Con una fila de botones o con doble botonadura como es el caso de ciertos chalecos grijotanos, que además presentan dos pequeñas solapas de pico, al igual que en la indumentaria femenina el poder adquisitivo se notaba en algunos detalles como llevar botones de plata en los chalecos.

La chaquetilla es otra prenda en la que se empleaba, aunque quizá en menor medida, materiales ya mencionados como el sayal, la estameña, el paño, la pana o incluso el terciopelo, que era corta y relativamente ajustada. 

Los blusones de oficios, realizados de tejidos más finos, se denominan así porque eran empleadas comúnmente por carniceros, hortelanos, carpinteros, ganaderos….

Abierto totalmente en su parte delantera, con canesú desde el que sale su vuelo y dotado de amplias mangas para dar facilidad de movimiento y con la gran función de proteger la ropa. Normalmente en colores oscuros y más sufridos ante la suciedad, como negros, azules o grises.

Al igual que las mujeres, los hombres también llevaban complementos. Hubo una época en que se empezaron a llevar relojes que, aunque no para todos los bolsillos, se colocaban en esta misma parte del chaleco, relojes de cuerda que en principio al ser de plata u oro eran poco alcanzables. El famoso reloj de bolsillo aún se sigue portando por caballeros distinguidos, antiguamente era símbolo de cierto status social, para evitar que se dañasen o ensuciasen se guardaban en los bolsillos. Otro complemento, aunque no se consideraba como tal por no tener tal cariz sino el de algo que se usaba sin más, era el mechero, que se guardaba a menudo en la faja.

El hombre se resguardaba del frío gracias a la típica capa castellana, caracterizada por su elegancia y muy conocida por ser usada por cierto presentador para las campanadas de Nochevieja, aún se puede ver a algún hombre luciendo su capa por la calle mayor sobre todo gracias a la Asociación Cultural Amigos de la Capa Española de Palencia.

La largura de la capa suele ser por debajo de la rodilla y la capa típica de cada zona se reconoce por el colorido de los embozos, que son unas tiras que van desde el cuello hasta el borde en la parte interior de la misma, en el caso de la capa palentina sus colores típicos son el rojo y el verde y suelen ser de terciopelo, son llamativos también los broches que suelen llevar para atarse al cuello. La capa era imprescindible en las bodas, entierros y procesiones. También existían capas de color pardo para un uso más diario y para tareas menos festivas.

En toda la provincia adquirió gran tradición el sombrero, normalmente en tonos negros, con diferentes formas y alas de diferentes tamaños, en épocas antiguas el hombre llevaba un pañuelo atado alrededor de la cabeza, anudado atrás y con las puntas del mismo colgando.
Siendo la despedida, en el próximo artículo se hablará sobre la letra pícara, canciones, palabras y expresiones que se han ido perdiendo.

Y llegando en estas horas, llega la hora del adiós como cantaban entonces «Allá va la despedida. La que no quisiera echar. Que tenemos mucho sueño. Y nos vamos a acostar»

*Beatriz Esteban Alonso es la presidenta de la AgrupaciónFolklórica Reino de Castilla

ARCHIVADO EN: Palencia, Nochevieja