El Real Madrid olvida lo colectivo

Diego Izco (SPC)
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La desorganización cava su tumba ante el Milan ] Otro ejercicio de resistencia de la 'vieja escuela' del Atlético. El Barça ha convertido las goleadas en algo rutinario

El cuadro merengue no encuentra la ‘tecla’ en este primer trimestre del curso. - Foto: Juanjo Martín (EFE)

A base de creerse los premios individuales uno puede perder la perspectiva de lo colectivo. ¿Por qué el fútbol es el deporte con mayor capacidad de sorpresa? Porque el concepto de lo individual, el famoso «ser mejor 'kilo a kilo» se diluye si no hay un sentido colectivo del juego. Claro que tienes muchas más opciones de ganar si atacas con Vinicius y Mbappé, si posees las fichas de Bellingham y de Rodrygo... Y de hecho ganarás muchos más partidos que el resto sólo por ello: por tenerlos. Pero a la hora de la verdad, en un duelo entre semejantes o incluso ante alguien 'un poquito peor', todo depende de tu organización como bloque. Cómo presionas, cómo defiendes, cómo te colocas, cómo recuperas… Si no hay respuestas tácticas válidas a estas preguntas, lo lógico (salvo milagros de Courtois y exhibiciones de Vinícius) es la derrota. No hay muchas más explicaciones a lo que le sucede al Real Madrid este curso: casi todos sus rivales juegan mejor. Y algunos, como el Milan este pasado martes, le encuentran las costuras. 

'Cholismo'

Creerte menor, jugar a resistir, convencerle al rival de que estás sufriendo… y ganar. ¿Cuántos partidos hemos visto así al Atlético de Madrid de Simeone? Solo el Bayern de Munich (24 ante el Benfica para un 1-0) disparó esta jornada más que el Paris Saint-Germain (22). Partidos como el del Parque de los Príncipes son perfectos para el plan del 'Cholo', un entrenador gigantesco para equipo pequeño y pequeño para equipo gigantesco. Es decir, que prefiere 'engañar' al rival aculándose contra su portería y defender su muralla de un asedio. Es una táctica gamberra, a veces insufrible, y poco corriente si has gastado 190 millones en fichajes y quieres considerarte favorito. Pero incluso una moneda con dos caras a veces cae de canto: Oblak lo paró todo, el PSG falló lo infallable… también en el 92, tres contra uno y balón a córner. Del saque de esquina nace una contra, de esta un tiro inocente de Correa, una pifia de Donnarumma y el 1-2. Difícil de explicar y de creer, de no ser porque el 'viejo Atleti' ya lo hizo varias veces. 

El Barça y el gol

Dicen que lo más fácil del fútbol es destruir. Sin duda: puedes enviar la pelota a 'infinito menos uno' lados diferentes pero solo hay 'una mejor opción'. Sucede lo mismo con el gol: ¿cómo convertir en costumbre lo más complicado del juego? Quedarte la pelota, superar líneas, sortear piernas y cuerpos, poner el esférico dos o tres veces en el sitio correcto y, finalmente, golpearla con precisión hacia las redes. Eso, que es la excepción (el fútbol es el único deporte que contempla un 0-0 y, según algunas teorías, un partido perfecto terminaría sin goles), es la rutina del Barça esta temporada. Otros cinco tantos en Belgrado. Y ya son 55 en 16 partidos: máximo goleador en la Liga, máximo goleador en la Champions. 

El viaje del novato

Cuando un novato alcanza una competición de esta magnitud, el objetivo primordial es el disfrute: competir, paladear cada momento. A saber cuándo se repetirá, se comenta. Pero luego, sobre el campo, te puede pasar 'un Girona' o 'un Brest'. Los catalanes llegaban con 10 bajas, se llevaron un 4-0 en Eindhoven, Arnau fue expulsado y Krejci se hizo el 4-0 en propia puerta… que es el cuarto autogol de los de Míchel en el torneo. Los franceses (undécimos en la Ligue 1) sumaron en Praga el tercer triunfo en cuatro partidos (dos de dos fuera de casa) y viven un cuento de hadas. Son el próximo rival del Barça: cuidado. «Muchos pensaban que no íbamos a sobrevivir», presume Eric Roy, ex jugador del Rayo y hoy técnico encargado del 'milagro'.