Es la que tiene menos tirón entre los palentinos y, en general, en el conjunto de los españoles, como si los temas que se abordan, se aprueban o se rechazan en el Europarlamento no tuvieran repercusión. Solo cuando saltan a la palestra la PAC y los controles de calidad exigidos a nuestro sector primario y este se moviliza en la calle, como ha sucedido este mismo año, o cuando las políticas medioambientales echan por tierra proyectos nacionales, solo entonces nos acordamos de que somos socios de una superestructura como la Unión Europea, que nos ampara en muchos aspectos, pero que impone, exige y fuerza compromisos, que no siempre consideramos adecuados o adaptados a nuestra realidad. Nada es gratis y estar la cámara legislativa más grande y diversa del mundo tampoco.
Cierto es que los conflictos armados en Ucrania -y su acelerado acercamiento a la integración- y ahora en Gaza han vuelto a poner de manifiesto que Europa tiene mucho que decir. Ha de encontrar su papel en el tablero de la geopolítica y ha de saber qué equidistancia mantiene con las grandes potencias. El envío constante de dinero y armamento, el apoyo casi sin fisuras a Zelenski frente a Putin, el control del cumplimiento de los requisitos en este y en otros aspirantes a pertenecer a la UE, y la postura ante las maniobras defensivas y ofensivas de Israel y la iniciativa, por el momento poco exitosa, de España para ampliar el apoyo a la creación del Estado de Palestina, son otros temas de candente actualidad. Y nos afectan, claro que nos afectan.
Pero es que hay otros asuntos en los que también nos jugamos el presente y el futuro inmediato, desde la movilidad sostenible a la preservación de los grandes pulmones del continente, pasando por la salvaguarda del patrimonio común, por la protección y el impulso de la producción o por el desarrollo normativo en relación con las tecnologías avanzadas y la Inteligencia Artificial.
La cita con las urnas del 9 de junio llega, en el caso español, en tiempos de polarización, radicalización, incertidumbre y con una clase política no siempre a la altura de las circunstancias, incluso con la posibilidad de que se le sume dentro de unos meses otra convocatoria, la de generales, si la decisión que hoy anuncie Pedro Sánchez es de renuncia y no prospera la formación de Gobierno por parte de otros. Sería solo un año después de la anterior y eso puede hastiar a los votantes. Aún así, es conveniente prestarle atención a las europeas. Esta vez los palentinos llamados a las urnas son 137.572, casi un 3% menos que en 2019. De ellos, 1.076 son nuevos electores al haber cumplido los 18 años desde el 23-J y 6.192 podrán hacerlo por vez primera en una convocatoria europea. Tal vez sean los jóvenes los que eleven la participación, que en Palencia ha estado siempre por debajo del 70%, salvo en 1999 en que la cita fue triple.