Una ciudad tranquila a la que llegas a prácticamente todos los lugares en unos cinco o diez minutos y cerca de Madrid y de la playa. Estos son los dos grandes argumentos del ucraniano Viacheslav Pidnebennoy. Llegó, jugó al fútbol en el Palencia CF de Tercera División y, una vez finalizada su etapa deportiva, se quedó a orillas del Carrión junto con su mujer, Tetianaa Nazarova, y sus hijos,Vlad y Vika. «Estoy muy bien aquí. Nos rodea gente muy buena. No tenemos ningún problema. Además, los niños están muy contentos, algo que para los padres es muy importante», añade. Aunque se defiende bien a la hora de hablar en castellano, expone que todavía están aprendiendo el idioma para tener «un nivel alto y hablar como los españoles».
En cambio, las palabras no son tan agradables cuando habla de su tierra de origen.Procede de Mariupol, una zona que está bajo control del ejército ruso desde la primavera de 2022, y la información que llega no es buena. «Estamos muy preocupados, están pasando cosas malas y yo no puedo cambiarlas. Me da mucha pena y no se sabe ni cómo ni cuándo acabará», se lamenta Pidnebennoy, que vuelve a citar a sus hijos para explicar el porqué de su estancia en Palencia. «Tenemos que pensar en los niños y darles un futuro. Quiero verles contentos y felices. Hemos sufrido mucho por la guerra y yo no quiero que esto vuelva a pasar», asegura el ucraniano.
Conocen a muchos compatriotas que viven como ellos en Palencia, aunque admite que se encuentran poco «porque estamos trabajando mucho y no nos da tiempo.Se han integrado bien», declara el exfutbolista, que actualmente forma parte de la plantilla del autoservicio mayorista Top Cash.