Hanjo, del nipón Yukio Mishima, permanece en la memoria del director y fundador de Zarabanda, Enrique González. No es para menos. Es el título de la primera representación de la compañía, que nació como Teatro Eslabón. La fecha del debut, el 10 de abril de 1984, también quedó marcada a fuego. «Temerariamente, en vez de empezar con algo sencillo, nos metimos con la obra de este autor japonés, que nunca antes se había escenificado en España», explica.
A la vista de los resultados, la apuesta de González salió bien y a la función del estreno le siguieron cinco más. Y a esas seis, en casi cuatro décadas, unas 3.000 más con títulos y temáticas de lo más variado. El rayo de luna, Un viaje a Tennessee, Réquiem con tostadas, Aranuk el esquimal, Un plomo de soldadito o el último estreno, Tacón alto, tacón bajo, que vio la luz el 16 de junio del año pasado, son algunos ejemplos. Pero por encima de todos ellos, que superan el centenar, sobresale un nombre, De pícaros y rufianes, que se estrenó el 27 de diciembre de 2010. Es la obra más representada. Alcanza ya las 287 funciones.
Teatro Eslabón, que pasó a ser Zarabanda en 1992, cuando la compañía se transformó en una empresa de producción teatral, está empezando a celebrar el cuadragésimo aniversario de su primera escenificación. Se trata, sin duda, de una fecha especial para los integrantes de un grupo que nació con una vinculación muy especial a las Religiosas de María Inmaculada. «Daba clases de teatro nocturnas a las alumnas que estaban en la residencia y ahí conocí a varias chicas que se embarcaron en este proyecto», comenta el director, que había recogido el material de Sarmiento Meseta, una compañía de la que formaba parte y que se había disuelto para arrancar con la nueva. «Les pedí quedarme con ello porque tenía la intención de crear otra», asegura.
González calcula que, desde entonces, más de 60 actores han contribuido a engrandecer la historia de esta compañía teatral, que renovó su repertorio en cada década. Como muestra de ello, en la de 80 del siglo pasado, se lanzaron a recrear El desafío de Juan Rana y el toreador; en la de los 90, Por siempre Molière; en la primera del tercer milenio, Balada de los tres inocentes y, en la segunda, Ande yo caliente y ríase la gente. Junto al director, actualmente, hay seis personas más en la compañía: José Carlos Maté, Sara Santos, Lidia Sendino, Álvaro González, Belén Carrión y Alba Muñoz, que representan montajes de tres, cuatro y cinco actores. «Cuando empezamos éramos tres, aunque también llegamos a repartos de diez», expone.
Con el cambio a Zarabanda, «la empresa se hizo todo lo profesional que puede ser en Palencia», subraya el director. «En una compañía profesional en Cataluña o Madrid todos viven del teatro; aquí, algunos viven del teatro y otros, de sus respectivos trabajos», matiza. Pero no es esto lo que ha hecho singular a este grupo palentino. Su labor ha ido más allá de subirse a un escenario. «Hemos hecho 100 obras distintas y más de 3.000 funciones, pero también más de 70 publicaciones, muchas de las cuales todavía están en las bibliotecas de colegios e institutos de Palencia. Nuestra labor no solo ha sido de obras de teatro. No somos una compañía de teatro al uso», comenta González.
En un plano más personal, el director asegura que ha vivido «momentos maravillosos», como las dos giras veraniegas «a la antigua usanza» en las que se movieron por los pueblos en carros tirados por mulas. «Un año lo hicimos en la provincia de Palencia y, otro, en la de Valladolid», expone González antes de recordar que Televisión Española les grabó un reportaje por este motivo. Por otro lado, también recuerda algunos sucesos, entre los que figuran incidentes de tráfico y lesiones de los actores. Aun así, manifiesta que «solo se han suspendido funciones por accidentes».
GEOGRAFÍA PALENTINA. El vínculo de Zarabanda y Palencia también llega al medio rural provincial, en el que han recibido miles de aplausos por sus actuaciones, que, en algunos casos, eran únicas. Así ocurrió en el Asalto al castillo de Fuentes de Valdepero, las Cenas Medievales en el castillo de Monzón de Campos o la presentación de leyendas en Frómista y Astudillo, por citar alguno de sus trabajos.
Además, el director y la actriz Belén Carrión presumen de haberse recorrido prácticamente la totalidad de las carreteras palentinas. Zarabanda ha actuado en 166 localidades de la provincia sin distinción de tamaño ni ubicación. Pocas organizaciones habrán llegado a tantos. En el listado aparecen, entre otras, la pequeña Abarca de Campos, la norteña Aguilar de Campoo, la jacobea Villalcázar de Sirga, la sureña Dueñas e, incluso, Berzosilla y Villodrigo, cuyos términos municipales están separados del resto de Palencia. «Hemos actuado en plazas, casas de cultura, iglesias y teatros», comenta Carrión. Eso sí, su trabajo no se circunscribe a la provincia. También han demostrado sus tablas en 264 localidades más. Han visitado Asturias, Ávila, Burgos, Cantabria, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Guipúzcoa, La Coruña, León, Madrid, La Rioja, Salamanca, Segovia, Sevilla, Soria, Toledo, Valladolid y Zamora.
Ahora, a las puertas de los cuarenta años, González aplica el lema de «partido a partido» que ha hecho famoso el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, adaptado al mundo del teatro. «Función a función. De la red de circuitos de Castilla y León tenemos fechas hasta agosto de 2024, pero queremos ir día a día. Son muchos años, mucho esfuerzo y no sabemos hasta dónde podremos llegar», concluye el director de Zarabanda.