La llegada de los primeros fríos invernales conlleva la necesidad de afrontar -aunque el cambio climático propicia que ya no sea como antes- unos meses cada vez más escasos en los que las bajas temperaturas hagan precisa la compra de los conocidos como calefactores de apoyo. Aún así, las fuertes heladas y temperaturas bajo cero, especialmente esta semana, no parecen haber hecho demasiada mella en el bienestar doméstico, ya que las tiendas que venden estos aparatos solo han percibido un ligero repunte.
«Lo que se ha ido vendiendo, ya que no ha hecho frío en exceso, son los radiadores de aceite o los radiadores de bajo consumo, llamados emisores térmicos, una especie de convector que funciona con una resistencia. Hay para todo tipo de precios y públicos, desde 25-30 euros a lo que se quiera gastar. Un emisor térmico según los elementos que pueda tener y la superficie que deba calentar, tiene precios que van de 200 a 300 euros más o menos en función de las características del aparato», detalla Saúl Nieto, que forma parte de la empresa familiar Euronics Danisa.
El comerciante señaló que el pasado invierno, sí que se notó un incremento en la venta de estufas catalíticas de gas butano. «Influyó el tema mediático al alertar de una fuerte subida del precio de la luz y, de momento, parece que hay menos psicosis en el tema de la electricidad», concretó.
No obstante, todo puede cambiar y depende de cómo venga el invierno para que los calefactores de apoyo tengan una mayor salida. «Enero o febrero suelen ser potencialmente las épocas en las que más se vende. Hay confianza todavía en que el frío no se haya ido del todo y aguante un poco más», arguyó Saúl Nieto. Sobre las características de los sistemas de seguridad, en el caso de las estufas de gas, todo ha mejorado, si detectan una falta de oxígeno en la estancia de la vivienda, se apagan y la máquina se bloquea. Lo suyo es tener la precaución de ventilar cada cierto tiempo de funcionamiento la habitación o el salón», explicó.
Por su parte, José Luis Urbón, propietario del establecimiento Urbón Tien 21, considera que los palentinos cada vez tiran menos de los aparatos de apoyo a la calefacción habitual.
«Estamos preparados para el frío cuando llega y el mercado se mantiene estable con algunas adquisiciones cuando la calefacción de las casas se estropea. Alguien que viene de Cádiz, por ejemplo, quizás quiera contar con un aparato de refuerzo si el invierno viene muy frío. En cuanto a las estufas de butano, tener bombonas en casa no gusta tanto y ya apenas se venden», concretó.