Con raíces en 'DP': Ada del Moral

César Ceinos
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«La redacción era fantástica y el ambiente, absolutamente estupendo»

Con raíces en 'DP': Ada del Moral - Foto: DP

Ada del Moral Fernández recibió un buena dosis de Palencia por vía materna y decidió veranear varios años de la década de los 2000 cursando prácticas en el periódico que lleva en su cabecera el gentilicio de la provincia, una tierra que le encanta. «Tengo raigambre en el monte, donde tengo un poni en Equibalance y una finca que adoro, al igual que a Palencia y a los palentinos», asegura la periodista. Esta pasión llega, incluso, al aspecto gastronómico. Explica que le gustan «hasta los patés de la provincia», donde sigue disfrutando de su tiempo libre en los estíos.

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid  (UCM), asegura que en su paso por el decano de la prensa provincial hizo de todo, desde cubrir el Festival Nacional de Exaltación del Cangrejo de Río de Herrera de Pisuerga a entrevistar a un vendedor de cupones de la ONCE. Pero guarda especialmente cariño a un artículo en concreto, un reportaje de su abuela. «Era una mujer muy peculiar y no tenía filtro. Me hizo mucha ilusión que saliera en la contraportada del periódico y a ella también. La fotografía era muy bonita. Le parecía demasiado atrevido, pero  siempre había sido una estrella. Estoy convencida de que aún le tengo guardado», subraya.

Convivió en su día a día con muchos estudiantes y profesionales, de los que guarda grato recuerdo después de más de dos décadas. A algunos los cita con el nombre y apellido y no ha perdido las ganas de saludarlos a todos. «Me acuerdo mucho de todo el mundo y mantengo la amistad con algunos de los becarios con los que coincidí. A Raquel Argüeso la quiero un montón», detalla.Entre las personas a las que hace referencia, figuran Benito Iglesias, Lauren Merino, José Antonio -el de maquetas, que era muy majo, apunta-, Félix Ruiz, Marta Barcenilla,Laura del Río o Ana Mencía, que era una chica de Burgos absolutamente encantadora y un amor de persona».

En este punto, Del Moral, que posteriormente se adentró en el mundo cultural, tira del séptimo arte para rememorar que la única «redacción de periódico realmente clásica» que ha conocido en su trayectoria profesional fue la de DP. «Era casi como la de la Primera Plana y de película de Billy Wilder, pero al estilo palentino», comenta. «Era fantástica. Había de todo: compañerismo, palabrotas y bollos a mediodía. El ambiente, al menos para mí, era absolutamente estupendo y de los mejores que me pude encontrar», declara antes de asegurar que los veranos detrás de la noticia en Palencia le conformaron«para ser lo que soy» en la actualidad. 

«Probablemente no sería periodista si no hubiera sido por las prácticas del Diario. El periodismo que se hacía era muy interesante, tanto desde el punto de vista de la información como del humano. Bregué con muchas cosas y estaba en contacto con el mundo, la gente y con un montón de oficios, como pastores, veterinarios y médicos», sentencia Del Moral, quien recuerda a los jóvenes alumnos de las facultades que «el mejor periodismo no está siempre en el lugar de la fama».

AMPLIA TRAYECTORIA. Más allá de su etapa como redactora en prácticas, cabe destacar que la periodista, que también colaboró con esta casa, atesora una amplia trayectoria tanto profesional como académica.

«Estuve en La Tribuna de Toledo, durante ocho años dirigí la revista de la Unión de Autores de Madrid, trabajé quince años en Leer y llevé la Revista de Libros. Además, he escrito en todos los periódicos de España, hice la colección de 30 libros llamada Mujeres en la Historia para El País y trabajé durante varios años para el Instituto Cervantes (IC) enTánger», explica.

De hecho, estas líneas son solo una parte de todo su extenso currículum, que incluye un doctorado con sobresaliente cum laude en Estudios Teatrales por la UCM, dos novelas, Noches de Casablanca (2011) y Cola de Ratón (2018) y un libro acaba de escribir: Joaquin Dicenta un intelectual desconocido. 

Actualmente es editora en Almuzara (uno de sus últimas tareas fue editar El ultimo picasso) y  GalaxiaGutemberg y trabaja en el mundo del libro antiguo.