La implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), cuya ordenanza reguladora de aprobó la semana pasa por parte del pleno del Ayuntamiento, genera «preocupación» entre los pequeños comerciantes. Así lo ha expresado la Federación del Comercio Palentino (Fecopa) a través de un comunicado en el que resaltan la importancia de equilibrar los objetivos medioambientales con la protección del tejido económico. «Entendemos la necesidad de reducir la contaminación, pero es fundamental que las administraciones tengan en cuenta las consecuencias de estas medidas en el tejido económico local. El pequeño comercio es un pilar fundamental de nuestras ciudades y cualquier medida que lo afecte debe ser analizada con detenimiento y acompañada de medidas de apoyo», afirma su presidente Ángel Iglesias.
Entre las principales inquietudes del sector destaca la posible disminución de clientes, derivada de las restricciones al acceso de vehículos en el centro de la ciudad. Estas limitaciones, según los comerciantes, podrían reducir la afluencia de compradores a los establecimientos ubicados en la ZBE, afectando directamente a las ventas. A esta preocupación se suma la dificultad para realizar entregas de mercancías, lo que podría generar problemas logísticos en un sector ya presionado por la competencia de grandes superficies y el auge del comercio online.
«La delimitación de la ZBE no debe ser lesiva para nuestra ciudad ni para nuestros pequeños comercios. Es crucial encontrar un equilibrio que permita proteger el medio ambiente sin perjudicar la actividad económica», añade Iglesias.
minimizar el impacto. Desde Fecopa han instado a las administraciones municipales a adoptar medidas que minimicen el impacto en el comercio local. Entre las propuestas se encuentran la concesión de ayudas económicas, bonificaciones en tasas municipales y la puesta en marcha de campañas para fomentar el consumo en el comercio de proximidad. Además, subrayan la necesidad de establecer un diálogo fluido entre las autoridades y los representantes del sector para buscar soluciones conjuntas.
El impacto económico de las ZBE, según Fecopa, podría extenderse más allá de las ventas. La reducción de ingresos en el sector amenaza con provocar una pérdida de empleo y una disminución de la recaudación fiscal, afectando tanto a las empresas como a las arcas municipales.
En este contexto, Fecopa también cuestiona la falta de adaptación de las ZBE a las características específicas de Palencia. Argumentan que estas normativas son medidas genéricas que no consideran la realidad de los sectores económicos locales ni las particularidades de la ciudad.
Según datos del Ayuntamiento, las principales fuentes de contaminación en Palencia son las calefacciones y el tráfico rodado, mientras que el impacto de la hostelería se considera menor. La adaptación de este sector a normativas más estrictas, como el uso de energías renovables y sistemas de ventilación eficientes, refuerza la postura de quienes solicitan una mayor flexibilidad para proteger la economía local sin comprometer los objetivos medioambientales.
coste y delimitación. Cabe recordar que el Ayuntamiento destinará un total de 1.382.820,36 euros para el desarrollo e implementación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) este año, la cual abarca un área de 764.143 metros cuadrados en el centro de la ciudad, afectando a 15.523 residentes, lo que representa el 20,33% de la población total del municipio. Además, se conforma a lo largo de un perímetro de 3.822 metros lineales que comprende el paseo del Salón y las avenidas de Manuel Rivera, Casado del Alisal, Antigua Florida, Simón Nieto y Castilla y dispone de 4.500 plazas de aparcamiento, un recurso clave para facilitar la transición hacia una movilidad más sostenible.
La delimitación de la ZBE se centra en áreas estratégicas del centro urbano, como las plazas Mayor, de la Inmaculada, San Antolín y San Miguel, y parte de los barrios de San Pablo, Santa Marina y San Antonio, el 17,28% del casco urbano.