Honseca, primer estudio internacional de osos cavernarios

Rubén Abad
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El trabajo, realizado por científicos del Cenieh, ocupa la portada de la revista 'Ichnos'. Es el segundo caso a nivel mundial en el que se estudian detalladamente huellas de esta especie

Honseca, primer estudio internacional de osos cavernarios

El patrimonio subterráneo de la Montaña Palentina no deja de sorprender, con hallazgos que posicionan a la comarca en el mapa de la investigación a nivel mundial. El último ejemplo se encuentra en Velilla del Río Carrión, y más concretamente en la Cueva de Honseca, protagonista del primer estudio científico internacional de osos cavernarios en la Península Ibérica y el segundo del mundo.

Jesús Rodríguez, Alfonso Benito, Adrián Martínez y Ana Mateos, científicos todos ellos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), son los autores de un artículo, portada en la revista Ichnos, sobre un conjunto de huellas impresas en arcilla en esta cavidad. Un rasto que fue producido por los osos de las cavernas que habitaron en esta zona durante el Pleistoceno superior, entre hace 12.000 y 127.000 años.

El conjunto, que consta de dieciséis huellas de las patas anteriores y posteriores de osos, fue descubierto por miembros de la Asociación Espeleológica de Velilla, quienes también han proporcionado apoyo logístico en este estudio.  En este punto conviene señalar que las huellas de osos no son infrecuentes en los sedimentos blandos de las cuevas del territorio peninsular, y muchos espeleólogos están familiarizados con su presencia. Sin embargo, y tal y como señala Mateos, «hasta ahora estos rastros fósiles no habían sido objeto de una investigación sistemática. Hasta la fecha solo se había realizado un estudio de este tipo en la cueva de Ur?ilor, en Rumanía».

Honseca, primer estudio internacional de osos cavernariosHonseca, primer estudio internacional de osos cavernarios

«Rastros de osos hay muchos en muchas cuevas, pero nunca se había realizado un estudio científico de uno de un conjunto de huellas que probablemente se produjeron en diferentes momentos en el que el mismo animal o diferentes individuos pararon por el mismo sitio», indica en declaraciones a Diario Palentino Jesús Rodríguez, autor principal de este trabajo. «No tenemos noticias de que haya fósiles de osos cavernarios, pero tenemos muy cerca la Cueva de Guantes (Villanueva de Arriba y Villaoliva de la Peña), donde sí hay una muy buena colección y pertenecerían a la misma población», añade.

Por lo demás, dado que son un rastro fragmentario [algunos se han perdido por la entrada de gente sin control], estos estudios científicos llaman la atención sobre la importancia de conservar y preservar este tipo de icnofósiles. «Esto debe ser un acicate para que las administraciones pongan los medios para que este rastro pueda ser conservado y no permitir el acceso sin control», subraya Mateos.

MODELO TRIDIMENSIONAL

Para llevar a cabo este estudio, que ha sido financiado por el Ayuntamiento velillense, ha sido esencial la creación de un modelo tridimensional de las huellas mediante la combinación de dos técnicas diferentes, escaneo láser y fotogrametría, realizado en el Laboratorio de Cartografía digital y Análisis 3D del Cenieh. 

Para ello, los investigadores han realizado un escaneado de la superficie con huellas y de su entorno inmediato con un escáner láser. «Creamos una nube tridimensional de millones de puntos y lo hemos combinado con un modelo obtenido por fotogrametría», explica Adrián Martinez, técnico de este laboratorio. 

Este modelo se ha utilizado para tomar diferentes medidas en las huellas y poder compararlas con las de otras cuevas de Europa, como la cueva rumana de Ur?ilor. Además, el procesado del modelo nos ha permitido generar imágenes que resaltan la forma de cada una de las huellas individuales», añade Alfonso Benito.

'URSICHNUS EUROPAEUS'

Las huellas fósiles no se nombran igual que la especie que se cree que las produjo, sino que se les asigna un nombre en latín específico de cada tipo de huella (o icnotaxón) en función de su forma. Los análisis realizados sobre el modelo en tres dimensiones permiten determinar que las huellas de Honseca son similares a las descritas en la cueva de Ur?ilor y, por tanto, deben asignarse al mismo icnotaxon, denominado Ursichnus europaeus.

La forma de las impresiones de los dedos y la longitud de las impresiones dejadas por las garras, tanto en Ur?ilor como en Honseca, apuntan a que en ambos casos pertenecen a osos de las cavernas, una especie que se extinguió hace unos 28.000 años, y no a osos pardos.

«Lamentablemente, algunas de las huellas fueron destruidas por las pisadas de aficionados que visitaron el interior de la cueva sin ningún tipo de cuidado antes de que los científicos tuviéramos noticia de su existencia, por lo que uno de los fines de este tipo de estudios es la puesta en valor de estos fósiles y la promoción de su preservación», concluye Rodríguez.