Oriente Medio es una olla a presión para la economía internacional. La ruta que pasa por el estrecho del Mandeb y el canal de Suez, dos de los nodos más importantes a nivel mundial y de especial importancia para la importación de productos asiáticos en Europa, se está viendo gravemente afectada por la crisis en el mar Rojo, desatada por los ataques a barcos y buques mercantes de rebeldes hutíes solidarios con el pueblo palestino en su lucha bélica frente a Israel.
En el caso de la provincia, las importaciones con origen asiático entre enero y noviembre de 2023 supusieron 76,75 millones de euros, según los datos de la Agencia Tributaria. Esto supone el 8,7% de las importaciones totales para el mismo período de tiempo, que alcanzaron los 667,8 millones de euros y se pueden ver frenadas y puestas en peligro si las hostilidades bélicas prosiguen y se recrudecen.
Los principales productos importados por empresas palentinas que podrían verse afectados son los relacionados con el café y sus extractos y esencias (con origen principalmente en Vietnam), así como los componentes eléctricos y los útiles y piezas de herramientas y maquinaria (con origen chino).
«Las buenas noticias es que aún no se observan riesgos de rotura del stock, en parte debido a lo aprendido en la crisis de la cadena de suministro causada por el covid entre 2020 y 2022, que trajo mejoras en las infraestructuras y capacidad en el transporte marítimo. En cualquier caso, todos los agentes económicos se muestran cautos y pendientes de la evolución de un conflicto que ya ha causado múltiples retrasos y sobrecostes, así como numerosos desajustes que tardarán tiempo en normalizarse, incluso después de la finalización de la crisis», explicó a DP Fernando Torrejón, responsable del departamento de Comercio Exterior de la Cámara palentina.
A través de la información facilitada por la institución cameral, se constató que los principales productos importados por empresas palentinas que podrían verse afectados en mayor o menor medida por la crisis de Oriente Próximo, trasladada al mar Rojo, son los relacionados con el café y sus extractos y esencias (con origen principalmente en Vietnam), así como los componentes eléctricos y los útiles y piezas de herramientas y maquinaria (con origen chino).
MENOS TRÁFICO MARÍTIMO. Las navieras mas importantes del mundo, entre las que se incluyen Hapag-Lloyd y Maersk, ya anunciaron en diciembre que suspendían el tráfico de sus buques portacontenedores por la ruta del Mar Rojo, por ser considerada demasiado peligrosa. Esto ha provocado que durante diciembre de 2023 y enero de 2024 el tráfico marítimo que circula por el canal haya disminuido drásticamente en torno a un 40%. Así lo señaló IMF-PortWatch, una plataforma que ofrece herramientas big data para poder evaluar el impacto comercial nacional e internacional utilizando datos de embarcaciones basados en satélites y análisis.
En lugar del Mar Rojo para llegar al canal de Suez, las navieras han decidido optar por la ruta que bordea el cabo de Buena Esperanza, un desvío que supone recorrer 6.500 km más por vía marítima y que incrementa notablemente el coste del transporte (debido al mayor gasto en combustible), así como los tiempos de entrega (entre 10 y 12 días, si sólo se considera el viaje de ida, y hasta tres semanas si se incluye la ruta completa).
«El panorama para los pocos barcos que se atreven a seguir transitando el Mar Rojo tampoco llama al optimismo, debido al incremento en los costes de las pólizas por parte de las compañías aseguradoras, en su mayoría, de origen británico. Este incremento puede llegar a ser de hasta el 400%, si la mercancía es del sector de la alimentación», añadió Fernando Carretón.
Todo ello ha llevado a que los fletes -en referencia al transporte y del comercio en el precio consensuado en el momento de la compra o la venta de las mercancías- hayan incrementado su coste desde 1.554 dólares el 10 de noviembre de 2023, hasta los 6.212 dólares estimados para el 2 de febrero, según Freightos Baltic Index, el índice mundial de precios de los contenedores de mercancías marítimas. Este aumento del coste también ha sido influido por el nuevo año lunar (o año nuevo chino) que se celebrará mañana, y que ha implicado una menor cantidad de contenedores vacíos, debido al previsible aumento de la demanda del gigante asiático. Sin embargo, el enfriamiento de la demanda en estas últimas semanas ha permitido que el coste de los fletes no siga aumentando y se frene un tanto. «Si la situación de crisis perdura en el tiempo, parece inevitable que este aumento del coste en el transporte de los productos con origen asiático termine repercutiéndose en las adquisiciones realizadas por las empresas, lo que puede acarrear tensiones inflacionarias que afecten al consumidor», aseveró el técnico de Comercio Exterior de la Cámara.
tres meses de conflicto. Desde mediados de noviembre, los rebeldes hutíes han lanzado decenas de ataques a barcos de carga en el mar Rojo en solidaridad con los palestinos afectados por la guerra entre Israel y Hamás. Al principio aseguraban apuntar únicamente a navíos vinculados con Israel, pero ampliaron el espectro a buques de EEUU y Reino Unido poniendo en peligro la navegación en una ruta clave para el comercio entre Asia, Oriente Medio y Europa.
En las últimas semanas, EEUU y el Reino Unido, respaldados por otros aliados, han lanzado ataques aéreos contra los arsenales de misiles de los hutíes y los puntos de lanzamiento de sus ataques. El sábado, atacaron 36 objetivos de los hutíes en Yemen. Un asalto aéreo el viernes en Irak y Siria tuvo como objetivo otras milicias respaldadas por Irán y la Guardia Revolucionaria iraní en represalia por un ataque con drones que mató a tres soldados estadounidenses en Jordania.
Las fuerzas estadounidenses «determinaron que presentaban una amenaza inminente para los buques de la Armada y los buques mercantes en la región», dijo el ejército. «Estas acciones protegerán la libertad de navegación y harán que las aguas internacionales sean más seguras y protegidas para los buques de la Armada de EEUU y los buques mercantes», concluyó.