Miguel Ángel Rodríguez; mago, animador de El Hormiguero y cómico, conocido como Miguel Miguel, es el encargado de cerrar hoy la última jornada del festival del humor OMY.
¿Cómo comenzó en la comedia?
Por error. Yo vengo del mundo de la magia y a lo que me dedicaba era a hacer espectáculos relacionados con él. Un día, un compañero, que actualmente es campeón del mundo de magia, me dijo que mi show contenía más humor que juegos mágicos, y que lo que debía hacer era vender comedia.
Al principio reconozco que me enfadé, pero con el tiempo vi que tenía razón. Me apunté a escuelas de comedia y he ido mejorando mi formación hasta el día de hoy.
Es también animador del programa El Hormiguero. ¿Cómo es el trabajo detrás de las cámaras?
Es un trabajo que, como cómico, nunca te esperas desempeñar. Al fin y al cabo, no vas a leer tus guiones, ni vas a ofrecer tus mejores chistes, sino que vas a preparar a un público para que lo disfrute otro.
Sin embargo, una vez te pones a trabajar en ello, te das cuenta de que es un auténtico descubrimiento. Ahora mismo, a mis 42 años, puedo decir que es el mejor trabajo que he tenido.
¿Cómo de importante es el humor en su vida?
El humor en mi vida lo es todo. Todos los programas y trabajos que hago los hago con humor. A cualquier problema intento sacarle un chiste. Todo mi día a día se envuelve dentro de la comedia.
Es también profesor de la Gran Escuela de Magia Ana Tamariz. ¿Prefiere la magia o el humor?
Yo soy mago de alma. No hay ningún día en el que me despierte por las mañanas sin pensar en la magia. Es lo que me mantiene vivo. Aun así, debo reconocer que el humor es lo que me da dinero.
¿Cree que es más difícil actuar frente a un público como mago o como monologuista?
Hay muchas diferencias entre ambos espectáculos. En un monólgo tienes 100 oportunidades para intentar que la gente se ría. Puedes contar 100 chistes y seguro que en alguno el público se va a reír. Sin emabrgo, en la magia, solo tienes un cartucho. Si haces seis juegos, en cada uno de ellos tienes que conseguir el aplauso.
¿Encuentra alguna similitud entre la comedia y la magia?
Creo que son dos cosas diferentes. Tanto el público como el propio artista buscan dos tipos de espectáculos. En el humor, además de sorprender, tienes que tener a la gente enganchada a una historia. En la magia, debes enfocarte exclusivamente en sorprenderles.
¿Algún truco del que tenga un recuerdo especial?
Una aparición de cerveza que llevo haciendo 20 años. Es un juego que practico hasta en mis monólogos.
¿Mezcla la magia con la comedia?
No siempre puedo hacerlo porque dependo mucho de los espacios en los que me encuentro. A veces se puede, pero otras no. Siempre que es posible y veo la oportunidad, hago algún juego en mis monólogos.
Es también CEO de un escape room en Madrid. ¿Es aficionado a esta actividad?
Soy muy aficionado. De hecho, es mi ocio familiar. Con mis hijas, lo que tengo en común son los escape room, ya que hay otras cosas donde no puedo acompañarlas. Por ejemplo, me compré unos patines para poder ir con ellas a patinar, pero me resultó imposible. Por eso, nuestro ocio son los escapes.
El año pasado también partició en el festival del humor OMY. ¿Cuál fue su impresión?
Genial. Es un ciclo maravilloso. Parece que cuando dices que actúas en Palencia, al ser una ciudad que se sale de lo convencional, tiene que ser un show flojo, pero nada más lejos de la realidad. Es una maravilla, tanto por el espacio, la organización, el público, etc.
¿Qué puede decir del show que trae hoy?
No puedo decir mucho. Hay cosas nuevas que he implementado este año en mis espectáculos y cosas viejas que llevo haciendo toda la vida. Veré al público y me dejaré llevar.
¿Quiénes son sus referentes?
El referente en mi vida siempre ha sido mi padre, puesto que me ha marcado el camino. Aun así, tengo otros referentes externos, como los magos Juan Tamariz o Miguel Ajo. En cuanto a la comedia, me gustan mucho los cómicos como J.J. Vaquero o Álex Clavero.