S.P.M., de 31 años en el momento de los hechos, acusado de un delito contra la fauna por abatir supuestamente a una hembra de oso pardo durante una cacería desarrollada el 29 de noviembre de 2020 en Ventanilla, dentro de la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas, aseguró ayer ante la Sala del Juzgado de lo Penal que disparó «a un jabalí». «Ocupaba el puesto 22 de los 25 que contaba la cacería y yo no firmé nada respecto a si debería darme por enterado de que nos encontrábamos en una zona osera», añadió.
El acusado, que solo respondió a preguntas de su abogado defensor, ya que se negó a contestar al representante del Ministerio Fiscal y las acusaciones que ejercen Ecologistas en Acción y la Fundación Oso Pardo, así como la acción civil ejercida por la Junta de Castilla y León, insistió en que vio «perfectamente al animal. Era un jabalí pequeño y si hubiera visto que era un oso, evidentemente no habría disparado».
DISPAROS EN EL PUESTO 18. Por otro lado, el encausado indicó ante el tribunal que el celador de la Junta responsable de la cacería aseguró que en los puestos 11, 16, 17, 19, 21 y 22 se habían efectuado disparos durante la cacería, pero insistió en el dato de que en el puesto 18 «se encontraba un cazador que efectuó dos o tres disparos pero abandonó la cacería antes de concluir sin más. Además, no dijo nada por la emisora si había abatido algo».
Reconoció, no obstante, que tras lo sucedido entró en shock, «ya que todos me dijeron que yo había abatido a la osa y por ello necesité atención médica en el centro de salud de Cervera de Pisuerga, porque sufrí un ataque de ansiedad. De hecho, estuve varios días sin dormir». «Efectué un solo disparo, pero a nadie más de los otros puestos le pidieron la munición», añadió.
Posteriormente, declaró el agente del Seprona instructor del atestado, que comentó que «habló con S. P. M. y estaba muy mal. Divagaba, pero decía que se había equivocado, que la que había liado». Reiteró ante la Sala que tras conversar con el resto de participantes, «el suyo era el único puesto desde el que se podía haber disparado a la osa». Subrayó que la zona donde fue abatida era un claro de un robledal y que estaba a cien metros del puesto.
«Tengo claro que S. P. M. pensaba que disparaba a un jabalí, pero la pieza no estaba identificada y no se tenía que haber disparado, según está establecido en la normativa», añadió el instructor del Seprona, quien confirmó además que la osa tenía las mamas activas, pero nunca se pudo encontrar a una posible cría.
El agente instructor del Seprona también confirmó que el cadáver del plantígrado presentaba dos orificios de bala. «En la necropsia efectuada se obtuvieron tres esquirlas de bala y una correspondía con la bala del rifle del acusado», mantuvo el agente.
En la vista declaró otro agente del Seprona que llegó al lugar con anterioridad al instructor del atestado y no pudo precisar cómo el cuerpo de la osa presentaba dos orificios cuando supuestamente el acusado efectuó un solo disparo. «Estuvimos supervisando el lugar durante varios días pero no encontramos ni la cría ni otros indicios relevantes», apuntó.
La Junta reduce la indemnización solicitada hasta los 34.809 euros
Por lo demás, en esta vista oral, que proseguirá hoy viernes con los informes de los peritos propuestos y los informes finales, declararon hasta un total de 22 testigos.
Por el momento, el Ministerio Fiscal solicita, como pena principal para el acusado, vecino de Velilla del Río Carrión, dos años de prisión, 6.480 euros de multa y cuatro años de inhabilitación para cazar, además de pedir 39.197,22 euros como indemnización a la Junta de CyL por su responsabilidad civil como presunto autor de un delito contra la fauna.
La Junta de Castilla y León se declara conforme a lo solicitado por el Ministerio Fiscal, si bien ayer introdujo como cuestión previa la petición de una reducción en la indemnización que le pudiera corresponderle hasta los 34.809,22 euros desde los 39.197.
Ecologistas en Acción -Asociación para la Defensa de la Naturaleza-WWF/Adena solicitan para el encausado dos años y medio de prisión, cinco años de inhabilitación para cazar y 100.000 euros de indemnización a favor de Junta por la muerte de la osa, mientras que la Fundación Oso Pardo se desmarca de todo lo anterior y solicita 1.200 euros de multa y dos años de inhabilitación para cazar, sin ningún tipo de indemnización.
Este era el tercer oso tiroteado en la Montaña Palentina por cazadores locales en los últimos años, debido supuestamente a confusiones con jabalíes. Una situación que para la Fundación Oso Pardo exige cambios de calado en la práctica de la caza en zonas oseras.