Ocho películas protagonizan la exposición Castilla y León: escenario de cine, que puede visitarse en el Archivo Histórico Provincial (Niños de Coro, 4) hasta el 31 de marzo. Comisariada por Kristine Guzmán, recopila a través de 86 fotografías destacadas producciones rodadas en la comunidad durante los años 1955-1966. Una de ellas, El Cid (1961), dirigida por Antthony Mann y con Charlton Heston y Sophia Loren en los principales personajes, incluyó entre las localizaciones Ampudia, donde el protagonista rescata un pueblo castellano del ataque de un ejército moro. En esta muestra, entre otras, pueden verse fotos de la colección Álvaro de Castro (cortesía de Alfonso de Castro) cuyo fondo se conserva en la dotación archivística. La cinta contribuyó a despertar el interés turístico por España más allá de la costa.
La exposición, que estuvo en el Centro Miguel Delibes el año pasado, llega ahora a Palencia, según explicó Kristine Guzmán. «Es un proyecto de la Castilla y León Film Commission y, como tal, su intención es poner en valor las localizaciones de cine en la comunidad», añadió. En los años 50, con el auge otros medios de entretenimiento como la televisión, que proveía de contenidos similares y gratuitos, «los productores de cine buscaron reaccionar apostando por la espectacularidad y las grandes producciones a las que todavía no podía acercarse la televisión», detalló la comisaria, para comentar a renglón seguido que eso incluía rodajes en exteriores, trepidantes escenas de acciones, mayores metrajes, efectos especiales y, por supuesto, cientos o miles de extras arropando a las estrellas de la época.
Posteriormente, y gracias a la publicidad gratuita de la actriz Ava Gadner, enamorada del país, el Gobierno español tomó conciencia del potencial de promoción turística que suponía la industria cinematográfica.
alternativa. A partir de Alejandro Magno (1955), España se convirtió en destino de rodajes. Comenzaron a llegar producciones que eligieron Castilla y León como alternativa y complemento a los que se realizaban en Madrid. Su proximidad a la capital, su variado paisaje natural y su rico patrimonio atrajeron a directores como Orson Welles, David Lean o Anthony Mann, poniendo a la comunidad en el radar de aquellas grandes producciones. Así, por ejemplo, Mr. Arkadin, de Orson Welles (1955) se rodó en Valladolid (colegio de San Gregorio, hoy Museo Nacional de Escultura, con Miguel Delibes entre los casi 300 figurantes), Orgullo y pasión, de Stanley Kramer (1957) en Ávila y Doctor Zhivago, de David Lean (1965) en Soria (el 80% de los exteriores se rodaron en la ciudad y provincia).
Orgullo y pasión, como recoge la exposición, con Sophia Loren, Cary Grant y Frank Sinatra, fue una de las películas más costosas realizadas hasta entonces. El rodaje requirió de un año y medio de preparación de localizaciones de Toledo, Madrid y Castilla y León. Durante este tiempo, Kramer movió cielo y tierra para que se le permitiera dinamitar parte de las murallas de Ávila con el fin de conseguir una escena espectacular. En su lugar, fue construido un anexo para que fuera destruido a cañonazos.
Campanadas a medianoche (1965), una de las películas más destacables de Orson Welles, se rodó en diversas localizaciones de Ávila, Segovia y Soria (en Pedraza y Calatañazor se simularon las calles de Londres, puerto de Piqueras, iglesia de Santo Domingo).
En La caída del Imperio romano (1964), de Anthony Mann, la Sierra de Guadarrama, en particular La Pedriza, la Granja de San Ildefonso y los bosques de Valsaín, presenciaron el paso de los legionarios romanos.
En cuanto a la cinta El bueno, el feo y el malo (1966), de Sergio Leone, las escenas más icónicas de la película se rodaron en la provincia de Burgos ( monasterio de San Pedro de Arlanza,Carazo-Covarrubias, Contreras y Santo Domingo de Silos).