Al séptimo día del año, descanso en el obrador. Hasta entonces, los pasteleros tuvieron que dedicar muchas horas para elaborar el dulce con el que tradicionalmente se pone el punto final a la oferta golosa de la Navidad: el roscón de Reyes. Pero la demanda de este producto, con su haba y su rey, alcanzó ayer su punto más alto, con ventas con reserva previa para evitar sorpresas amargas de última hora en muchos establecimientos de la provincia.
No obstante, también hay que destacar que muchos palentinos no esperaron a la festividad de la Epifanía del Señor para degustarlo, ya que se distribuyó antes de ese día tanto en supermercados y grandes superficies como en pequeñas panaderías y pastelerías artesanales.
Ali Abdelkader Hssaini Oussabou, de PanaderíaEl Negrito-Pan de Ampudia, explicó que empezó a vender los primeros roscones de la temporada hace un mes, cuando aún no había turrón ni guindas al marrasquino en las mesas de los palentinos. Sus primeros cálculos hablan de un millar de productos vendidos en esta campaña en Palencia, Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga, Barruelo de Santullán, Ampudia y otras localidades de Valladolid. Además, comentó que la nota dominante fue la variedad de sabores, puesto que muchos llevaban nata, crema o trufa en su interior.
Por otro lado, el 6 de enero volvió a ser el día en el que los palentinos más pequeños de la casa se levantaron veloces de la cama. Raudos y veloces desenvolvieron los paquetes que este año fueron de lo más variado. Según explica el consejero delegado de Toy Planet, Jorge Machiñena, en líneas generales, no destacó ningún artículo por encima del resto en la campaña navideña que acaba de concluir. «Juegos de mesa, coches teledirigidos, muñecas o productos de construcción de la marca Lego fueron algunos de los más vendidos», explicó. En su caso, comentó que la facturación de los últimos dos meses (que suponen el 50% de las ventas de todo el ejercicio) fue similar a la de 2023.
Con la apertura de los regalos, algunos de los cuales provocaron alegría en los niños y otros, una pequeña indignación por no ser los que habían escrito en su carta, los comerciantes, en general, y el sector juguetero, en particular, pusieron fin a jornadas maratonianas de trabajo que no entendieron de descansos por fin de semana. El primer domingo del año fue laborable para muchos empresarios de la provincia, que abrieron sus negocios para que los más rezagados pudieran escoger su obsequio y que este acabara a tiempo junto a los zapatos de un ser querido.
Precisamente, Machiñena hizo referencia al tópico de que los españoles siempre dejan todo a última hora para explicar el comportamiento de este año, ya que en esta Navidad notó que las compras comenzaron «más tarde de lo habitual», aunque con el paso de los días la situación fue remontando hasta alcanzar los datos de ocasiones anteriores.