Como todos los años el primer domingo de agosto, Olleros de Pisuerga celebra la Gran Paella Ollerense. Esta fiesta está declarada de interés turístico regional desde 1993 y es una gran oportunidad para disfrutar de una degustación culinaria muy conocida en el país. 

La comida alcanza este año la edición número 44 y se presenta con tres días llenos de actividades para personas de todas las edades.
El sábado se centrará en dinámicas para los más pequeños con juegos infantiles, mientras que el domingo y el lunes contarán con más actividades culinarias, pasacalles, bailes populares y verbenas por las noches, aunque la gran protagonista del fin de semana será la Gran Paella, que tendrá lugar el día 4 a las 12,45 horas, donde la organización prevé repartir 1.500 raciones.

El evento principal lo planifica la Asociación Gran Paella y su presidente, José Enrique Cabria, explicó ayer que «no tenemos muchas novedades en relación al programa». «Seguimos manteniendo las actividades de otros años,  aunque es cierto que hemos añadido un bingo», aseguró.

En cuanto a la paella, seguirá siendo de pollo y marisco y contará con pimientos, guisantes, mejillones, almejas, cigalas, calamares, gambas y langostinos. Todo ello estará cocinado por entre 12 y 14 personas voluntarias de la asociación, vecinos del pueblo y veraneantes, que se pasarán la mañana preparando las siete paelleras en las leñas de roble.

«El calor que pasaremos todos es un punto a tener en cuenta, porque entre el calor del ambiente y el de la leña vamos a estar sufriendo mucho», apunta Cabria. «Pero como todos los años, haremos lo que sea para sacar adelante la mejor paella posible», añade.

La ración sin cazuelita tendrá un precio de cinco euros, mientras que si se quiere con cazuelita el importe ascenderá a seis euros.

Durante todo el proceso de degustación de la paella, desde la entrega de las raciones hasta la finalización de ellas, el evento estará animado por diversas actuaciones. El humorista Miguel Cadavieco y los dj Movida Promovida serán los encargados de poner el toque chistoso y el musical, respectivamente, a un evento con mucho tirón en Olleros y en localidades cercanas de la comarca.