El PSOE parece que hace ya un tiempo que se partidó en dos. O por lo menos que es un partido que alberga una fuerte corriente de pensamiento crítico, evidenciada más que nunca a raíz de los últimos movimientos tácticos de su líder, Pedro Sánchez. Sus pactos con los abertzales vascos y sus posibles cesiones a las fuerzas independentistas catalanas, con la amnistía en el foco, están levantando ampollas en Ferraz, donde las voces críticas de sus históricos resuenan con fuerza.
La más bronca, quizá, es la del que fuera vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que ayer volvió a la carga contra unas acciones que considera impropias del socialismo. Así, recordó que el «informe oficial» que ante los indultos a dirigentes del procés elaboró Juan Carlos Campo cuando era ministro de Justicia ya advertía que la amnistía «no se puede hacer constitucionalmente». Además, vaticinó que la militancia del PSOE avalará el pacto con Sumar, pero afeó que la consulta sea después de su firma.
Guerra destacó que, efectivamente, la normativa interna del partido obliga a consultar a los militantes un acuerdo como el firmado con la plataforma que encabeza Yolanda Díaz, pero lamentó que «van a votar cuando ya han firmado el pacto» los líderes nacionales de dichas dos formaciones.
«La democracia indicaría que es al revés, ¿no?», que «primero le pregunto» a la militancia, «y si dicen que sí, lo firmo», razonó el veterano socialista, que en ese sentido se preguntó qué pasaría si la militancia «dijera que no» a ese acuerdo.
No obstante, a renglón seguido, apostilló que «no es el caso» porque «no está el partido para eso» -es decir, para decir que «no» a dicho acuerdo-, pero insistió en llamar la atención sobre qué pasaría si se diera ese escenario.
Por otro lado, sobre la posible amnistía que el Gobierno de Sánchez podría impulsar para beneficiar a condenados por delitos vinculados al procés, comentó que «alguna presión han debido recibir los que están en esta idea porque no hablan de ello». «Algo hay que no les deja muy satisfechos», añadió el exvicepresidente, subrayando que por parte del Ejecutivo «las únicas expresiones» oficiales que conoce al respecto «son contrarias», aunque «anteriores al 23 de julio».
También se pronunció sobre los últimos movimientos en Ferraz y en el seno del Gabinete de Sánchez el que fuera su líder y presidente del Gobierno, Felipe González, asegurando que, aunque nadie le crea, nunca ha dejado de defender las posiciones del PSOE, pero que también es cierto que le parecen mejor las propuestas del partido que las decisiones que se toman. «Yo defiendo las posiciones del partido. Creen que estoy en contra. Pero no, a mí las propuestas me parecen mejores que las decisiones», zanjó.