La llegada del verano trae consigo que muchas familias, aprovechando las vacaciones estivales, se marchen durante una temporada a un destino alejado de la rutina, dejando así sus viviendas vacías por días e, incluso, semanas. Si bien es tiempo de relajarse y disfrutar, la ausencia de moradores en una propiedad es también una oportunidad de oro para ladrones y allanadores.
Desde la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES) de Palencia inciden en la importancia de tener una cerradura adaptada a los estándares de seguridad actuales para evitar robos. «Mucha gente asegura que su cerradura está bien porque abre y cierra, pero, ¿es realmente segura? Esa es la pregunta que deberían hacerse los ciudadanos», asegura el portavoz del colectivo, Jorge Gutiérrez Camina, director de la cerrajería Sucesores de Camina, quien también advierte de que «el 90% de las cerraduras están obsoletas». «En su momento, cuando las instalaron, tenían buenos estándares de seguridad, pero ahora ya están fuera de órbita», añade. Este problema, de acuerdo con el colectivo, también afecta a «algunas viviendas nuevas».
Para dificultar la entrada de los amigos de lo ajeno, Gutiérrez hace hincapié en la importancia de tener un buen bombillo y un escudo de protección. Estas dos piezas son la parte de la cerradura por la que se introduce la llave.
Los bombillos modernos cuentan con un sistema de seguridad avanzado que impide que se empleen muchas de las técnicas y herramientas habituales en los robos, tales como el bumping (golpear una llave especializada en la cerradura para manipular los pistones), el uso de una ganzúa (herramienta de manipulación para abrir puertas) o el empleo de un topolino (herramienta especializada de cerrajería destinada a la apertura de puertas), por citar algunos ejemplos.
Por su parte, el escudo de protección «no deja ver la cerradura que tienes y, por tanto, no da pistas al ladrón a la vez que te protege», explica Gutiérrez. «Hay muchísimos bombillos que están al aire o simplemente cuentan con un embellecedor o un escudo malo. Es importante que sea fuerte y robusto», incide el portavoz de UCES, quien también explica que tener una buena pieza implica que el ladrón «tarde más tiempo y haga más ruido al abrir la puerta». «Usar una radial, por ejemplo, es escandaloso. En ese caso, el ladrón no va a ejecutar el robo, salvo que sea uno a la carta. No obstante, en la inmensa mayoría, van a lo fácil», declara.
SIN DEJAR PISTAS. UCES Palencia avisa de que «los ladrones se han profesionalizado». «Hay alguno que sigue siendo un chapucero, pero muchos son profesionales y no hacen si quiera daño a las puertas», avisa su portavoz.
Así, muchos allanadores emplean herramientas especializadas de cerrajería para abrir las puertas. «Manipulan la cerradura, entran, te roban y, en ocasiones, incluso cierran con llaves. Cuando entras no sospechas nada y, pasado un tiempo, te das cuenta de que faltan cosas», concluye.