Viaje de altos vuelos a las entrañas de la catedral

Rubén Abad
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Cuatrocientas personas se adentran en lo que va de año en el triforio de la seo, 130 esta semana. El recorrido lleva al viajero a 16 metros de altura

Viaje de altos vuelos a las entrañas de la catedral - Foto: Óscar Navarro

Imagínense por unos instantes ascender hasta los ojos del Cristo del Otero y observar las impresionantes vistas que desde allí se han de obtener de toda la ciudad. Esto es, a grandes rasgos, lo que ofreció a lo largo de esta semana (finalizaron ayer) la catedral con las visitas especiales al triforio, desde el que se puede contemplar desde un punto de vista completamente diferente este magnífico edificio gótico. Un auténtico paseo por las alturas a través de 195 años de historia, desde los orígenes del templo en el año 1321 hasta su finalización en 1516 en la zona más próxima a la plaza de San Antolín. 

Se trata de una experiencia que la Diócesis pone en marcha por tercera ocasión en lo que va de año, tras el aluvión de visitas registrado en los pases organizados hasta la fecha, con entradas agotadas. En total, 130 personas (hasta un máximo de diez en cada uno de los tres pases diarios organizados esta semana) han disfrutado de este viaje por las entrañas de la seo que lleva al visitante hasta un punto estratégico del edificio. 

Estos visitantes se suman a los que completaron el recorrido en Semana Santa (primera edición de 2024), puente de mayo y una semana en julio, hasta hacer un total de 393 en este 2024. El perfil es diverso, pues si bien el grueso procede de Palencia, también han ascendido hasta el triforio turistas llegados desde Madrid, Cantabria, País Vasco, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y el resto de provincias de Castilla y León. 

Viaje de altos vuelos a las entrañas de la catedralViaje de altos vuelos a las entrañas de la catedral - Foto: Óscar Navarro

La acogida del público ha sido tan satisfactoria que no se descarta volver a probar suerte en un futuro con el acceso a las cubiertas y otros puntos de la seo cerrados a los ojos del público, aunque para ello primero se han de mejorar los accesos, pues los peldaños de la torre están muy desgastados. «Lo primero y fundamental es la seguridad de los visitantes», concreta el guía Rubén Fernández en declaraciones a Diario Palentino.

Lo que de momento está claro es que este tipo de visitas se repetirán en un futuro próximo para brindar la oportunidad de adentrarse en el triforio a los palentinos que se han quedado sin entrada. «Es la guinda a la visita a la catedral. Esta es una visión única, espectacular y muy arquitectónica», detalla Fernández, quien destaca que a la gente le gusta mucho «la visión global» de todo el conjunto de la seo.

POR ESCALERA Y CON CASCO

Para quienes completan la visita por vez primera, esta es lo más parecido a emprender un viaje hacia lo desconocido entre robustos muros de piedra centenarios y estrechos pasillos. Un periplo hacia un rincón oculto al grueso de palentinos durante siglos, que solo un reducido grupo de privilegiados tiene la suerte de descubrir en cada una de las ediciones de estas visitas de edición limitada al triforio, que en origen tenía una doble función: aligerar el peso del muro y servir a su vez como pasillo funcional para el mantenimiento del edificio.

Acceder es muy sencillo, basta con atravesar una pequeña y antigua puerta de madera que conduce a una empinada escalera en forma de caracol que lleva al visitante hasta dieciséis metros de altura. El casco es obligatorio, pues hay un par de tramos muy angostos, aunque se accede con total normalidad siempre y cuando no se padezcan enfermedades cardíacas, vértigos o se tenga movilidad reducida.

Una vez arriba, el turista obtiene una visión a vista de pájaro de la seo, si bien antes se pasa por encima de las bóvedas de la nave de la Epístola, contemplando lo que hay detrás de ese conjunto de arcos y nervios que se contemplan a pie de suelo. Ya en el triforio, el visitante tiene ante sus ojos una espectacular panorámica del conjunto catedralicio: la capilla del Sagrario, la Mayor con su retablo, el coro, el trascoro y el acceso a la cripta. Incluso el púlpito de Luis Cabeza de Vaca, que también se explica durante el recorrido.