Más limpia y mejor ordenada pero, en el fondo, el texto de la nueva ordenanza reguladora de terrazas en la vía pública es prácticamente igual que el que se dictaminó en diciembre del año pasado y se llevó al pleno de enero, donde no fue aprobado por la ausencia de un concejal del equipo de Gobierno durante la votación.
La única novedad reseñable que introduce es la prohibición expresa de que las denominadas terrazas-covid -114 hay en la ciudad ahora mismo- utilicen palés en sus cerramientos. Aquellas que hayan recurrido a estas estructuras de madera para instalarse en zonas de aparcamiento, estacionamiento de la ORA, espacios verdes o zonas peatonales deberán presentar un croquis de la terraza y los materiales que utilizará en el cerramiento si desea renovar su licencia este año.
El resto se mantiene: el plazo para retirar el mobiliario en caso de cierre o vacaciones sigue en 20 días, el horario de cierre sigue en máximos, se regula la instalación de televisiones y la celebración de actividades gastronómicas, dinamizadoras, culturales, etc. y no existe referencia expresa a que las terrazas tengan que estar atendidas.
la mayoría. Con estos cambios, la ordenanza está lejos de ser «super restrictiva» con las terrazas-covid, tal y como la definió el teniente de alcalde y portavoz del PP, Alfonso Polanco, al término de la comisión de Tráfico del lunes, en la que se dictaminó el documento que hoy se debatirá en el pleno.
Y ni mucho menos «quedarán 15 terrazas-covid» en la ciudad ni será «el final» de estas instalaciones, como también aseveró Polanco. La propia concejala de Tráfico, Carolina Gómez, reconocía ayer a DP que si bien es cierto que algunas, «las que en peor estado están» desaparecerán, la gran mayoría continuará su actividad con esta ordenanza. «Las que no cumplan, se retirarán pero no por compromiso del alcalde sino porque así se recoge en la propia ordenanza», añadió.