La empresa gestora del coso de Campos Góticos tenía la intención de dar actividad durante las mañanas al ruedo y, ya de paso, ofrecer una alternativa al ocio matinal de la ciudad en estos días festivos.
Si el jueves fue un concurso de toreo de salón, ayer llegó el turno de un festejo popular en las localidades de la provincia pero que hacía años no se llevaba a cabo en la capital: una suelta de vaquillas para los aficionados.
Pero a diferencia de lo que ocurre en plazas menores, ayer para acompañar al espectáculo que podrían dar los valientes locales que se atrevieran a saltar al ruedo, la empresa trajo a un grupo de cortadores, saltadores y quebradores desde Zumárraga (Guipúzcoa) para animar un poco el ambiente.
De hecho, eran ellos los que cansaban con sus saltos y quiebros al animal mientras hacían gala de sus dotes para engañar a las vacas. Es más, alguno de los recortadores valencianos que se dieron cita la noche anterior en el Concurso de Cortes, no dudó en acompañarlos en el ruedo a modo de entrenamiento, ya que la vacas suponían un tercio de lo que fueron los novillos del concurso.
Y luego vía libre a los aficionados. Y aunque hay que decir que la voz cantante la llevaron los de la camiseta azul, también hubo locales que se animaron a saltar al ruedo. Algunos con más aprietos que otros, todo sea dicho.
Balancines y tanques con agua fueron algunos de los elementos utilizados para hacer el espectáculo más vistoso. Un buen resultado, también de público para un festejo recuperado del olvido, en Campos Góticos sobre todo porque parte de la recaudación se destinará a la investigación de la Federación Española de Enfermedades Raras, con el fin de ayudar a un niño palentino con síndrome de Lowe. En la venta de las entradas colaboraron las peñas.