Manolo González comenzó en la radio en 1966, en los micrófonos de Radio Madrid. A los pocos años pasó a Radio Rioja, de la Cadena SER, donde permaneció hasta su jubilación. En sus más de 40 años de trabajo, plasmados en su libro La radio que yo viví, González se convirtió en una de las referencias de la crítica taurina. Si bien es natural de Herrera de Pisuerga, este periodista se considera «un palentino riojanizado».
En su libro La radio que yo viví, que presenta mañana en la apertura del XL Ciclo Taurino Cultural, relata sus vivencias personales a lo largo de su trayectoria profesional. Haciendo una comparación entre el mundo radiofónico actual y el que usted vivió, ¿qué diferencias aprecia?
La radio en la que yo trabajé durante más de 40 años, y en la que tan feliz fui, era una radio de acompañamiento, de diversión y de espectáculo. Ahora estamos comprobando que las emisiones son exclusivamente informativas: es un periódico hablado. Comienzan con una introducción, que equivale a un editorial, y se da paso a otras informaciones.
Cuando me preguntan cuál me gusta más, siempre respondo que son diferentes. Cada una ha cumplido su misión.
A pesar de los cambios, ¿considera que la radio sigue manteniendo su esencia?
La sigue manteniendo. En el libro explico que, cuando los académicos nos pusimos a trabajar para que se nos concediese un día mundial, defendimos que este medio tiene la fuerza suficiente como para no morir.
Cuando apareció la televisión se decía que la radio la iba escuchar muy poca gente porque el gran público iba a decantarse por el nuevo medio, y no fue así. La radio continúa más joven que nunca. Es un elemento de compañía e información que nos vale las 24 horas del día. Es imposible que desaparezca. Tengo esa esperanza porque hay muy buenos profesionales en ella.
¿Considera a los podcasts como una nueva modalidad de hacer radio?
Es una forma de comunicar y de actualidad. Un día me invitaron a una emisora de Santander sobre información taurina. Hablamos de varios temas y, una vez terminamos, ya estaba el podcast dando la vuelta por las redes sociales. Por un lado, estaba la inmediatez de la entrevista; por otro, el poder recoger todo en un formato para escucharlo cuando se desee.
Si bien es natural de Herrera de Pisuerga, ha desarrollado gran parte de su vida en La Rioja. ¿Es esta región su segunda casa?
Sin duda. Soy un palentino riojanizado. Para mí, Palencia lo es todo. Nazco en Herrera y vivo mi etapa de niño y de adolescente en la provincia. Una etapa muy bonita donde aprendí muchas cosas más allá de la formación académica.
Lo que ocurre es que la vida te lleva donde te lleva. Empecé en Radio Madrid en 1966, donde tenía unos profesores que eran las grandes estrellas de la radio en el momento. El director de Radio Rioja se interesa por mí. Yo respondo que voy donde ellos me digan por un espacio de tres meses para ver si me adapto bien. Tan a gusto me encontré que no regresé hasta mi jubilación. Soy muy querido allí y lo noto cada vez que salgo a la calle. Mi Palencia es mi Palencia y La Rioja es La Rioja.
¿Radio Madrid fue su primera experiencia en la radio?
Sí que había hecho alguna cosa suelta en alguna emisora, pero sin mayor trascendencia.
Lo de Radio Madrid fue una gran historia. En aquel tiempo estaban buscando nuevas voces y acudí a la convocatoria. Lo primero por lo que se interesaron fue por mi forma de expresarme y mi voz. Después, comenzamos a trabajar la dicción.
Me colocaron en Los 40 Principales, una fórmula que traen de Estados Unidos, pero con la innovación de la frecuencia modulada. Allí estuve unos meses con la idea de familiarizarme con el micrófono. Luego estuve en Radio Madrid Madrugada, donde hice programas con Miguel de los Santos y trabajé de locutor de apoyo con muchas de las grandes figuras del medio, con las que aprendí muchísimo. Esos conocimientos los trasladé luego a Radio Rioja.
Ha vinculado su trabajo al periodismo taurino, un género que en los últimos años ha perdido mucha importancia en los espacios mediáticos. ¿Cree que este tipo de periodismo está en peligro de extinción?
Lo primero que tengo que decir es que, afortunadamente, para los lectores de Diario Palentino y los espectadores de La 8 Palencia, está Carlos Martín Santoyo haciendo una labor divulgativa muy interesante. Su programa se emite también en La Rioja. Que quede constancia de mi reconocimiento como aficionado y defensor de la tauromaquia.
Hay que ser sinceros, y ver que cada día hay menos interés en este campo, empezando por los medios, que, si pueden evitarlo, lo evitan. Antes había todos los domingos una página entera de toros; ahora, se ningunea, y prácticamente todo se reserva para las grandes ferias. Televisión Española, por ejemplo, no televisa las corridas como lo hacía antes. No es el mejor momento, pero espero que pase y la gente entre en razón. Yo tenía el programa semanal Alamares, de gran audiencia. Cuando me fui de la radio, la dirección lo quitó porque dice que no dispone de tiempo para emitirlo.
A pesar de todo esto, ahora ha aparecido la plataforma de OneToro, que transmite las corridas para aquellos interesados.
Parte de este desinterés se achaca al desapego de los jóvenes con la tauromaquia. ¿Lo ve realmente así?
Los jóvenes entienden que 60 euros por una corrida es muy caro. Los empresarios taurinos se están dando cuenta de que hay que apoyarlos, y eso se hace abaratando las entradas.