Eugenio de Mora, matador de toros: «Estoy convencido de que acabaré teniendo ese sitio que creo merecer»

Jorge Cancho
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«Han sido años duros, de incertidumbre pues la cosa no dependía de mí, y eso es lo peor»

Sus tres últimas comparecencias en ‘Las Ventas’ le han vuelto  a poner en la ‘pomada’. En ‘San Isidro’ de 2014 cortaba una oreja, lo que le servía para que meses después, en agosto, repitiera paseíllo, estando a punto de abrir de nuevo la Puerta Grande, si bien se tuvo que conformar  con un apéndice y una vuelta al ruedo. Finalmente, el Domingo de Resurrección de este año visitaba de nuevo Madrid donde volvía a impactar. Una plaza que siempre se le ha dado bien, en la que ha cortado 8 orejas como matador y 5 de novillero y cuya  puerta grande ha abierto en tres ocasiones, esperando hacerlo de nuevo en el próximo ciclo ‘isidril’.

¿Qué tiene Madrid que se le da tan bien a Eugenio de Mora?

Por decirlo de alguna manera, siempre, desde niño, ha sido plaza objetivo. Gracias a Dios he conseguido triunfar en ella unas cuantas veces, otras no ha podido ser, pero para bien o para mal siempre ha marcado mi trayectoria.

Ocho orejas de matador, cinco como novillero y tres puertas grandes entre ambos escalafones...

La verdad es que no son malos números, aunque podían haber sido incluso mejores, pero unas veces por criterio de la Presidencia y otras por el mal uso de la espada no pudo ser. Pero no todo se reduce a las orejas, ya que hubo tardes que sin tocar pelo fueron importantes de verdad.

¿Cómo vivió desde el albero su última tarde allí, la del Domingo de Resurrección?

Bien, muy bien. Acudía con las lógicas dudas al ser la primera corrida de la temporada. Y es que arrancar el año en Madrid, por muy bien que te veas y por mucho que hayas entrenado, no es fácil dado que hasta que no llega la hora de la verdad no sabes cómo vas a responder. Era un reto importante que afrontaba con ilusión, pero con esa duda. Luego, con el primer toro me encontré a un buen nivel y con la energía que hace falta para tratar de triunfar allí y más tarde la cosa vino de cara y pude rematar dicho triunfo en el cuarto.

 Una comparecencia que se ganó por méritos propios con sus dos últimas  actuaciones en Madrid de 2014

Fue un premio a mis dos actuaciones del año anterior. La de agosto, ya fue en sí un reconocimiento a mi paso por allí en San Isidro. Una tarde en la que perfectamente podría haber cortado tres orejas ya que el público las pidió con fuerza, pero la cosa se quedó en un apéndice y una vuelta al ruedo. Aunque no salí a hombros fue un día de puerta grande como así me lo reconocieron la afición y la crítica. El único pero fue que ya era agosto y en cuanto a número de contratos no dio para mucho más.

Una lástima que la temporada ya estuviera demasiado avanzada y no entrara en las grandes ferias al estar todas ellas cerradas

Ese pudo ser el único pero ya que en cuanto a número de contratos no dio para mucho más. Pero todos sabemos que el negocio está como está y no basta con una tarde buena en Madrid, sino que tienes que insistir muchas más veces, dar más toques de atención y aún así hay factores que uno no puede controlar como es que las ferias se cierren demasiado pronto.

A diferencia de entonces, la oreja del Domingo de Resurrección ha llegado a principios de temporada y puede abrir ese deseado circuito

La actualidad taurina se centraba en esa fecha en Madrid y Sevilla. Sabía que si triunfaba me podía convertir en protagonista, como así ha sido. Estoy convencido de que lo que hice me servirá para ir abriendo puertas e irme haciendo ese sitio que creo merecer, y ya no solo en Madrid.

Por si todo eso fuera poco, tiene en la recámara la bala del 10 de mayo dentro del ciclo isidril con los Valdefresno...

Así es. San Isidro es un escaparate inmejorable para cualquier torero, a lo que se une la expectación que se ha levantado entre los aficionados al tener que refrendar las últimas tardes que he toreado allí. Por consiguiente, a exigirme al máximo para dar el nivel que la gente espera de mí. Ojalá que los toros también colaboren.

 ¿Los próximos compromisos?

Antes de ir a Madrid torearé el 25 de este mes en Francia y el 26 lo hago en mi pueblo en la Fiesta del Olivo, lo que me permitirá llegar aún más rodado.

Que el francés Roberto Piles se haya incorapordo a su equipo de apoderamiento le puede abrir alguna puerta por aquellas tierras...

Es lo que deseamos ambos, más aún porque en mi trayectoria como profesional del toreo no me he prodigado demasiado por Francia. Estuve alguna tarde por allí, pero no tuve suerte y no volvieron a contar conmigo. Tenía esa espina clavada y, poco a poco, las cosas van tomando un rumbo nuevo. Ojalá pueda ir cogiendo cartel en Francia, pues estoy seguro de que por mí no va a quedar.

En Sevilla no ha podido ser

Es una lástima pues he tenido tres o cuatro tardes de cortar orejas y saborear los olés de La Maestranza. Me gustaría volver algún día. Sin embargo, es una plaza a la  que veo más como un premio cuando las cosas te van muy bien, mientras que Madrid es el objetivo de todos los toreros porque abre las puertas a todos sin importar de dónde eres.  

¿Se puede decir que la travesía en el desierto de los últimos años ha quedado atrás?

Espero que sí. Han sido unos años difíciles, duros, de incertidumbre pues no sabía si iba a poder ser capaz de conseguir lo que tanto ansiaba dado que la cosa ya no dependía solo de mí, y eso es lo peor.

«Si crees en ti y tienes condiciones, el premio acaba llegando»

Su tierra le dio el oxígeno necesario para seguir vivo en el mundo del toro

Desde luego y  le estoy muy agradecido. He tenido tardes buenas en Toledo, Aranjuez, Talavera.., en mi entorno de La Mancha, de ahí que por allí jamás me dejara de sentir torero importante. Lógicamente, la trascendencia de cara al exterior no era la misma, pero ese oxígeno me hizo tirar hacia delante.

¿Por qué se dejó de contar con usted en el circuito de las grandes ferias?

En cualquier trayectoria hay momentos mejores que otros y la suerte cuenta mucho. Yo me vine abajo porque me castigaron mucho los toros y mi rendimiento bajó al no estar al cien por cien. Hay que ser realista, pero ésta es una profesión muy complicada. Jamás me lo tomé como algo personal contra mí, sino que es un negocio y el que tira adelante es el que es capaz de triunfar más y más fuerte. Lo importante es no aburrirse, pues si crees en ti mismo y tienes condiciones, el premio acaba llegando.

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