Que la suerte no proceda de la provincia no significa que no pueda llegar a ella. Esa realidad es la mejor explicación a lo que ocurrió ayer con el Sorteo Extraordinario de Navidad, en el que, en el último suspiro, Palencia consiguió pescar un gran pellizco de uno de los grandes premios.
En concreto, se trata del segundo, el último en ser cantado por los niños de San Ildefonso justo a las 13,30 horas. Gran parte del premio correspondiente al número 40.014 fue vendido por la Administración de Lotería número 7, ubicada en el número uno de la calle Lencería, en las proximidades de la plaza Mayor de Valladolid, a Comercial Infante, una firma de distribución palentina con sede en el polígono de Villamuriel.
La diosa fortuna quiso que fuera la empresa cerrateña la que repartiera la suerte a lo largo de la provincia, tanto entre sus propios trabajadores como entre sus muchos clientes, así como familiares y amigos. Diez series son las que la administración vallisoletana vendió a la firma que dirige Jorge Infante, quien no conocía con exactitud todo lo repartido entre décimos y participaciones. Lo que está claro es que es una cantidad generosa que a ciencia cierta alcanza los 12,5 millones de euros, distribuidos en unos cien décimos. «Ahora mismo, no sé lo que hemos repartido», afirmó Infante tras conocer la noticia.
La de este año no era la primera vez que esta distribuidora jugaban ese número. De hecho, según apuntó su gerente, «llevamos mucho tiempo con esa lotería en los vinos que distribuíamos». Y es que, al igual que en campañas anteriores, los establecimientos a los que Comercial Infante distribuye bebidas participaron en la iniciativa Toma un vino y saldrás ganando, mediante la cual se regalaron participaciones de cinco céntimos a todos aquellos clientes que pidieron una consumición con las marcas seleccionadas de vino y cerveza. Cada una de estas participaciones está premiada con 312,5 euros.
Uno de los establecimientos agraciados fue el bar Mansilla, en Villalobón. Manolo, el responsable del negocio, reconoce haber entregado «muchas» participaciones a sus clientes, si bien no sabe con exactitud cuánto ha sido el total. «Cada vez que venían -a traer las bebidas participantes en la campaña- me dejaban un talonario, que equivale a un décimo», aseguró el propietario. Así, cada taco de papeletas albergaba nada menos que una compensación de 125.000 euros.
A sus 67 años, Manolo tiene claro que empleará el dinero para una jubilación «curiosa», tan merecida como el premio que ayer le cantaron los niños de San Ildefonso.
DE PALENTINO A PALENTINO. Ya sea casualidad o un capricho de la diosa fortuna, la Administración Número 7 de Valladolid, que ayer repartió la suerte en la ciudad vecina, está regentada por Álvaro Rayón, uno de los dos socios de la entidad lotera y responsable de la Hostería de Los Palmeros, en Frómista. Este restaurante es a su vez cliente de Comercial Infante.
Así las cosas, las dos capitales más próximas entre sí de todo el país, amén de las comarcas de Tierra de Campos y el Cerrato, tienen ahora un nuevo motivo de hermanamiento. La suerte en este caso viajó desde el centro de Valladolid a las afueras de Villamuriel, repartiéndose posteriormente por varios rincones de la provincia palentina.
Los responsables y trabajadores de la Administración de la calle Lencería saben perfectamente lo que es repartir un gran premio en el Sorteo Extraordinario de Navidad. De ello dan cuenta las tres veces anteriores que les tocó descorchar el cava para celebrar que, un año más, habían sido los encargados de llevar la alegría a decenas de hogares.
En 2021 repartieron un quinto premio; en 2022, un cuarto y un quinto; y el pasado año, dos quintos. Con el segundo premio de este ejercicio ya son cuatro sorteos de Navidad consecutivos en los que el nombre de esta Administración aparece en lo telediarios.
«Cuando uno trabaja, al final salen las cuentas. Es súper guay», asevera a Diario Palentino Álvaro Rayón, responsable de la entidad lotera. Un establecimiento, sin lugar a duda, tocado por la suerte.