En España comenzaron el 6 de febrero, pero en muchos otros países comunitarios los agricultores llevaban protestando días e incluso semanas. Tras casi dos meses, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha trasladado una propuesta a las tres OPA con las que se reúne (ASAJA, COAG y UPA) que recoge casi medio centenar de medidas para paliar la situación del campo español. Sin embargo, y a pesar de que las iniciativas nacionales también son importantes, es Bruselas quien tiene más margen de acción para facilitarle las cosas a los agricultores y ganaderos y la semana pasada el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE aprobó una serie de medidas de flexibilización de la Política Agraria Común (PAC).

El acuerdo alcanzado deberá ser ratificado ahora por la vía de urgencia por el Parlamento Europeo, previsiblemente, antes del último pleno de esta legislatura -el próximo 22 de abril-. En cualquier caso, las medidas de flexibilización entrarán en vigor desde el 1 de enero de este año, es decir, con carácter retroactivo.

El pacto al que se ha llegado se centra en bajar a la realidad del campo las llamadas Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM) relativas a la cobertura mínima del suelo, la rotación de cultivos y las superficies no productivas (números 5, 6, 7 y 8). Estas medidas tienen como objetivo fomentar determinadas prácticas beneficiosas para el medio ambiente, los suelos y la biodiversidad. «Un objetivo a todas luces loable y necesario», aseguran desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), «pero que debe compatibilizarse con una actividad productiva real y obligatoriamente rentable».

Qué propone Bruselas - Foto: Patricia GonzálezUPA ha calificado de «avance positivo» el acuerdo alcanzado en el Consejo de Ministros de Agricultura y vincula directamente este movimiento político de la Unión Europea con las movilizaciones en todo el continente en los últimos meses. «Europa no ha podido quedarse de brazos cruzados ante la revuelta del campo. Este es el primer gran éxito de las movilizaciones», han remarcado.

La organización agraria ha aplaudido cuestiones como la exención de la obligatoriedad del cuaderno digital de explotación -una herramienta que califican de positiva, pero que «no debe imponerse»- o las reformas que van a llevarse a cabo en materia de cadena alimentaria y prácticas desleales para garantizar el cumplimiento de las reglas comerciales a nivel transfronterizo y hacer vinculante el que haya una remuneración justa de los agricultores.

Por su parte, COPA y COGECA (representantes, respectivamente, de agricultores y ganaderos y de cooperativas en toda la UE) han manifestado su apoyo al paquete de simplificación y acogen con satisfacción este movimiento de la Comisión Europea. Las dos organizaciones creen que estos cambios proporcionarán más flexibilidad a los agricultores en la implementación de la transición hacia una agricultura más sostenible de una manera que tenga en cuenta las condiciones del suelo, climáticas y locales, además de las especificidades en toda la UE. Sobre todo, esperan que estas medidas de simplificación faciliten los cambios en los Planes Estratégicos Nacionales de la Política Agraria Común y hagan el proceso que requiere su aprobación sea mucho más rápido.

Estas medidas no alteran los principales objetivos de la PAC, sostiene COPA y COGECA, sino que proporcionan la flexibilidad necesaria para que los agricultores puedan adaptar sus prácticas y responder de manera sostenible a las presiones cada vez más agravadas de los eventos climáticos más frecuentes, la inestabilidad geopolítica y las incertidumbres del mercado. «Ahora hacemos un llamamiento al Parlamento Europeo para que se comprometa rápidamente y proporcione comentarios positivos a finales de abril sobre las propuestas para que puedan ser implementadas por los agricultores sobre el terreno», han declarado las organizaciones.

Solo en parte.

Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos también apoya las medidas de flexibilización aprobadas por el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, pero considera que son insuficientes para atajar la crisis estructural que está atravesando el sector por el lastre que están suponiendo las medidas medioambientales.

«Todo esto nos parece bien, pero es preciso y urgente ir más allá de las medidas adoptadas que, siendo necesarias, no son suficientes», comentan desde la organización. «Los agricultores y ganaderos seguimos siendo los pagafantas del sobrecoste que supone un discurso medioambiental radical y que sigue permitiendo que la actividad agraria sea moneda de cambio para las ínfulas geoestratégicas de una UE que parece no encontrar su lugar en el mundo».

Unión de Uniones recalca que, en cualquier caso, no se ha avanzado en torno a temas importantes que el Consejo no ha tenido ocasión de plantear: la necesidad de un marco estable y predecible que evite la enorme incertidumbre en la que se desenvuelve el sector; un discurso ambiental que se ha de ajustar para consolidar el papel estratégico de la actividad agraria, pero que más parece ir por vías paralelas y contradictorias con la realidad socioeconómica del sector (Reglamento de Restauración de la Naturaleza -que en el Consejo de Medio Ambiente quedó bloqueada después de que Hungría se sumase al grupo de países críticos-, la Directiva Marco de residuos que afectará a la producción primaria a partir del 2027…).

Asimismo, añaden desde Unión de Uniones, se han quedado pendiente de abordar temas fundamentales para el sector como la adopción real y concreta de medidas a corto y medio plazo que permitan reforzar la posición de los agricultores en la cadena de suministro alimentario, en particular para garantizar unos ingresos justos; aliviar la presión financiera a los agricultores mediante el diseño de medios de apoyo adicional a través de la ampliación del marco temporal sobre ayudas estatales; o, por último, la necesidad de velar por una competencia basada en normas equitativas a escala mundial y en el mercado interior.

Unión de Uniones señala que ahora es el momento de actuar por parte de las administraciones a nivel estatal y autonómico con el margen de maniobra abierto por Bruselas y también de seguir reivindicando soluciones para todos esos asuntos que no fueron abordados en el Consejo de Ministros de Agricultura.

¿En qué consiste la simplificación de la PAC?

Modificaciones de la PAC para el año 2024 (solicitud que se está tramitando ahora).

-BCAM 5:

Se podrán hacer labores en leñosos en el sentido de la máxima pendiente en parcelas con superficie igual o inferior a una hectárea; o, en el caso de parcelas irregulares de menos de 100 metros, en el sentido transversal. También en plantaciones anteriores al 1 de enero de 2023 cuyo diseño de plantación, sistema de riego o sistema de conducción no permita realizar laboreo transversalmente a la dirección de máxima pendiente (sin necesidad de autorización previa como hasta ahora). Esto también afecta a plantaciones que se implanten (o se hayan implantado) con posterioridad al 1 de enero de 2023 y en las que las consideraciones agronómicas (iluminación del cultivo, vientos dominantes, situación de caminos, longitud de filas, etc.) impidan el laboreo transversal.

-BCAM 6:

Se podrán hacer labores verticales y aplicación de abonado en verde en los rastrojos de los cultivos de invierno. En los barbechos se podrán aplicar enmiendas orgánicas y purines todo el año. En cultivos leñosos de más del 10% la obligación de 1 metro de cubierta se podrá realizar con restos de poda. El período con cubierta podrá ser adaptado por las comunidades autónomas.

-BCAM 7:

El agricultor podrá elegir  entre dos requisitos para cumplir con ella. Por una parte, la rotación de cultivos en todas las parcelas de la explotación. Y por otra, la diversificación, que implica dos cultivos diferentes (sin que ninguno ocupe más del 75% de la superficie) en explotaciones de entre 10 y 30 hectáreas; y tres cultivos en explotaciones de más de 30 (los dos mayoritarios no podrán ocupar más del 95%)

-BCAM 8:

Se elimina la obligación de dejar el 4% de barbecho o de elementos no productivos y se ajustan los requisitos en alguno de los ecorregímenes que tenían relación con el cuaderno digital, ya que este pasa a ser voluntario. Las comunidades autónomas podrán reducir la carga ganadera mínima para la práctica de pastoreo extensivo (0,1 UGM/ha en pastos mediterráneos y 0,2 UGM/ha en pastos húmedos).

En cuanto a la siega sostenible de pastos, el periodo de 60 días seguidos en el que no se puede segar podrá situarse en el calendario ente mayo y septiembre a elección de los ganaderos y se reduce la superficie sin segar en la explotación del conjunto de la superficie de pastos permanentes y pastos temporales del actual 7% al 4%. En comarcas cuya pluviometría media decenal sea igual o menor a 400 mm, se reduce del 5% al 2,5% la superficie mínima de leguminosas requerida en aquellas superficies que se acojan al ecorrégimen en secano. En cualquier caso, se debe llegar a un total de superficie del 10% entre leguminosas y mejorantes.

Respecto a la siembra directa, en situaciones excepcionales justificadas, tales como la compactación del terreno, se permitirá una labor vertical, que no voltee la estructura del suelo y respete el mantenimiento del rastrojo. Se incluye la superficie no cosechada de leguminosas como islas de biodiversidad -actualmente solo se contemplaban los cereales, las oleaginosas y las aromáticas- y se incrementa el factor de ponderación de estas islas a 2 (hasta ahora era 1,5).

En caso de cultivos leñosos, en las parcelas que lleven tres años haciendo cubiertas se podrán hacer tratamientos fitosanitarios por inversiones de flora durante el tercer año. Además se podrán combinar cubiertas vegetales vivas e inertes (se cobraría la ayuda correspondiente a las inertes), que se podrán manejar mediante ganado independientemente de la pendiente. En secano se permitirán labores superficiales verticales poco profundas de mantenimiento de las cubiertas vegetales entre abril y septiembre. Se elimina el requisito de mantenerla viva mientras no se hagan labores.