El río Arlanza regresó ayer a la senda de la normalidad tras un jueves en el que mantuvo en vilo a los vecinos a su paso por Quintana del Puente, donde venía muy crecido. Tanto es así que la Confederación Hidrogáfica del Duero (CHD)activó el nivel de alerta amarilla tras haber actuado de forma similar días atrás en la vecina provincia de Burgos.
Esa alerta se desactivó finalmente ayer tras un jueves en continuo ascenso tanto en el nivel del agua, que llegó a alcanzar los 3,02 metros, como en el caudal del río, que se disparó hasta los 172,61 m3/s, a tenor del Sistema Automático de Información Hidrológica (Saih).
Fue a partir de la medianoche cuando la situación comenzó a remitir, y los registros fueron mejorando de manera progresiva a medida que pasaban las horas. Como ejemplo, al cierre de esta edición el nivel estaba por debajo de los 2,61 metros y el caudal no superaba los 136 m3/s.
Una tendencia descendente que dio un cierto respiro a los habitantes de la localidad cerrateña. No obstante, no se descarta que en los días sucesivos se produzcan nuevas avenidas, según concretó la presidenta del organismo de cuenca, María Jesús Lafuente.
El resto de masas de agua de la provincia presentó un comportamiento muy similar al de a jornada anterior, manteniéndose todas ellas dentro de la normalidad. Y es que, según los registros obtenidos en las distintas estaciones de aforo repartidas por el territorio, no hubo que lamentar incidente alguno en la provincia.
Más allá de los ríos, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activó ayer los avisos de nivel amarillo en la provincia palentina debido a la previsión de temperaturas mínimas «de hasta seis grados bajo cero». Para las próximas horas, el cielo estará nuboso o cubierto con precipitaciones generalizadas, sin descartar que puedan ser localmente fuertes y persistentes, tendiendo a disminuir la nubosidad y las precipitaciones por la tarde de noroeste a sureste.
Asimismo, la Aemet prevé probables bancos de niebla en la Montaña Palentina. La cota de nieve, inicialmente enre los 1.000 y los 1.500 metros, irá descendiendo hasta los 600-700 en la cordillera Cantábrica.