La Fundación Santa María la Real recopila en un libro los artículos de ocho expertos investigadores y resume la historia del monacato cristiano que se desarrolló en Al-Andalus. La publicación, de la que se han editado un millar de ejemplares, ya está a la venta en la tienda online de la Fundación y en librerías especializadas. «Lo primero que hay que entender es que cuando hablamos de Al-Andalus, nos referimos a un espacio dominado por gobernantes de religión musulmana que se extendía desde los territorios más meridionales de la Península Ibérica hasta lugares más septentrionales, como Huesca o Tudela», aclara Pedro Luis Huerta, coordinador de publicaciones de la Fundación Santa María la Real.
A través de 240 páginas perfectamente ilustradas y gracias a los artículos de ocho expertos investigadores, el libro sirve para entender mejor cómo la situación de los cristianos en esas zonas se caracterizó durante largo tiempo por una tolerancia de los gobernantes musulmanes hacia su religión y sus costumbres. De hecho, tanto cristianos como judíos eran considerados dhimmíes (protegidos), pueblos del Libro, que, junto con los musulmanes, reconocían a Abraham como su padre en la fe. Eso sí, tal tolerancia tenía un precio: el pago de tributos.
«Los autores que participan en la publicación tratan de analizar cuestiones que van desde las puramente ideológicas hasta las evidencias materiales que dicho monacato dejó tanto en el norte como en el sur de lo que hoy es España», explica Pedro Luis Huerta.
autores. Así, Javier Albarrán Iruela se centra en el análisis de los cristianos que vivieron en el emirato y el califato de Córdoba, y explica cómo existió una comunidad andalusí multiconfesional. Fernando Arce Sainz ofrece al lector algunas consideraciones sobre la arquitectura religiosa cristiana en Al-Andalus. Juan Pedro Monferrer-Sala profundiza en monjes y monasterios para concluir que las relaciones oscilaron entre la disidencia, la colaboración y la herejía.
María Ángeles Utrero Agudo analiza los monasterios mozárabes en Al-Andalus meridional; mientras que Ana Echevarría Arsuaga centra su mirada en las vírgenes consagradas en el marco del monacato andalusí. Francisco José Moreno Martín se adentra en el monacato mozárabe, desde la arqueología y los textos. Miguel C. Vivancos desmenuza la antigua liturgia hispana en su fase mozárabe a través de un manuscrito y, cierra la obra, el artículo de Gregoria Cavero Domínguez quien rastrea la huella mozárabe en los monasterios norteños.