"En la Iglesia tenemos que aprender a juntarnos"

César Ceinos
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El navarro, que cumplió el 20 de enero un año al frente de la diócesis palentina, reclama «muchísima creatividad» para lograr «redefinir la celebración del domingo». «Tenemos muchísimo que avanzar y que discernir sobre este asunto», asegura

"En la Iglesia tenemos que aprender a juntarnos" - Foto: Sara Muniosguren

El centésimo segundo obispo de Palencia, Mikel Garciandía Goñi (Etxarri Aranatz, Navarra, 1964) cumplió el pasado 20 de enero un año al frente de la diócesis palentina. El prelado, que en este 2025 celebrará el trigésimo aniversario de su ordenación sacerdotal, es licenciado enFilosofía por la Universidad de Navarra (1987), enTeología Fundamental por la Pontificia UniversidadGregoriana (1998) y doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma (2023). Además, cabe destacar que antes de llegar al palacio episcopal de la calle Mayor Antigua de la ciudad del Carrión desempeñó diversos cargos en la diócesis de Pamplona y Tudela, entre ellos, el de vicario episcopal del Mendialde, director de la casa de espiritualidad de Santa María de Zamartze y capellán del santuario de SanMiguel in Excelsis de Aralar. Por último, fue docente en Cantabria, en la Escuela Diocesana de Teología Pastoral, en la Facultad de Teología de Deusto y en la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

El 20 de enero, festividad de SanSebastián, del pasado año tuvo lugar en la catedral su ordenación episcopal. ¿Qué balance hace de estos doce meses como prelado palentino?

Creo que he tratado de estar presente lo máximo posible en los eventos relevantes de la diócesis y me he centrado en abordar las tareas y las iniciativas diocesanas. Ha sido un año en el que he ido entrado en la dinámica del obispado y he conocido las comunidades religiosas palentinas, así como los diferentes movimientos.

Además, he intentado abarcar las cabeceras pastorales de las diversas zonas de la provincia, a las que he hecho un par de visitas a cada una, siempre relacionadas con la formación y las reuniones con curas y con los agentes de pastoral. Por otro lado, en la medida de lo posible, porque en la provincia hay más de 500 parroquias, he buscado no descuidar lo pequeño y he acudido a lugares en los que  mi agenda me permitía estar. Tampoco me quiero olvidar que en estos últimos doce meses he podido acudir a algunos congresos a Madrid con gente de la diócesis. En resumen, ha sido un año con una actividad frenética, con citas y reuniones prácticamente todos los días.

Después de todo este tiempo recorriendo la provincia, ¿qué valoración hace de los palentinos?

Veo que los palentinos tienen diferentes matices según la zona de donde procedan.No son iguales las personas de la Montaña que las del Cerrato o Tierra de Campos, pero, como buenos castellanos que son, destaco la franqueza y la sencillez. Además, me ha gustado mucho que la comunicación con ellos fluye y dicen lo que sienten. Con mi carácter navarro no se me ha hecho difícil entrar aquí. Todo lo contrario, la gente me lo ha puesto muy fácil y me ha demostrado el cariño en múltiples ocasiones. Me siento muy acogido en Palencia.

Hace exactamente 365 días presidió la misa del día de Nuestra Señora de la Calle, patrona de la capital y el pasado 1 de enero, el Bautizo del Niño. Estas son dos de las fiestas más destacadas del calendario religioso de la ciudad. ¿Cómo son los palentinos en el aspecto religioso?

Hay una religiosidad popular muy potente, de tal manera que las fiestas vertebran mucho la sociedad. Respecto a la Semana Santa, el pasado año tuvimos el reto añadido de que el Triduo Pascual fue emitido por La 2 de TelevisiónEspañola (TVE) y eso supuso un esfuerzo adicional para que las celebraciones estuvieran realmente a la altura. Yo creo que fue una maravilla. De hecho, la propia televisión nos felicitó por cómo había ido todo. Por otro lado, por mi parte, como soy de un pueblo, me siento a mis anchas en lo relacionado con la religiosidad y las cofradías. Además, destaco el arraigo que tienen en la gente los santuarios marianos como el de laVirgen del Brezo (Villafría de la Peña) o la Virgen del Valle (Saldaña), al igual que el mundo cofrade en torno a la Semana Santa. También es muy potente la tradición belenística, por lo que veo que todo el año está jalonado con eventos que añaden un valor. 

¿En qué estado de salud se encuentra la diócesis?

A la diócesis, como no puede ser de otra manera, le marca muchísimo la situación de la sociedad. Entonces, por poner algún ejemplo, nos afecta mucho el envejecimiento, la despoblación y la baja natalidad. Estos factores, unidos a la amplitud geográfica, hacen especialmente complicada la atención religiosa como a nosotros nos gustaría. Pero las dificultades que hay que abordarlas. Tenemos que dar la vuelta a esta situación y hacer que este reto nos obligue a trabajar mucho más en red, en equipo y en comunión.

¿Con cuántos sacerdotes cuenta para abarcar toda la provincia?

En torno a 150, pero lo que cuenta también es que la media de edad de cada sacerdote es casi de 73 años. Ante esta situación, una de las cuestiones que estamos abordando en la diócesis y por zonas, y de la que también hablaremos en el próximo Consejo de Presbiterio, es cómo redefinir la celebración del domingo. Por una parte, la gente tiene la pretensión de que haya misa en su pueblo, pero, por otro lado, estamos llegando a una situación, fundamentalmente en invierno y en núcleos de población muy pequeños, que nos hace repensar que la idea de comunidad cristiana no son aquellos que están en una pequeña localidad, sino más bien los que están en cada zona. La liturgia, la formación y la espiritualidad hay que hacerla zonalmente. Eso no significa abandono de lo pequeño. En la sociedad civil, la sanidad y la enseñanza trabajan concentradas y en la Iglesia tenemos que aprender a juntarnos. 

Sus palabras dejan entrever que  quiere apostar por concentrar las eucaristías en determinadas localidades de la provincia

Por supuesto, las cabeceras tienen que tener eucaristía, aunque hay otras parroquias que, por su relevancia, las tendrán de vez en cuando. Además, se atenderá a la gente en funerales y las celebraciones de las palabras también están ahí, pero lo que no tiene sentido es que un sacerdote celebre en un fin de semana ocho eucaristías a las que hayan acudido muy pocas personas. Esto provoca que los curas no tengan mucho tiempo para la celebración y que estén pendientes del reloj para salir corriendo cuanto antes de un lugar para llegar a otro. No hace bien ni al propio sacerdote ni a la comunidad.

Acabo de venir de Cuba y allí los católicos no se plantean no vivir la eucaristía, mientras que nosotros aquí, como europeos, tenemos la mentalidad de que se hagan las cosas exactamente donde yo mando. Aspiramos a una Iglesia en la que los seguidores de Jesús nos reunimos con otros seguidores del Señor y celebramos  la vida. Si eso tiene que suponer un esfuerzo, que lo suponga. Sería, en mi opinión, un catolicismo más comprometido. Cuando hay un compromiso una persona acude a ver un partido de fútbol o a hacer las compras. Entonces, no entiendo por qué la celebración, la oración o la eucaristía no pueden requerir de nosotros un cierto esfuerzo, sabiendo, porque eso lo sé, que hay una población envejecida en la provincia y que, a veces, hay personas que no disponen de transporte. Por ello, pido muchísima creatividad. No está prohibido que en un coche vayan varias personas, por ejemplo.

Tenemos muchísimo que avanzar y que discernir sobre este asunto. Pero yo no lo quiero imponer, sino que lo vamos a plantear a lo largo del año. Es un tema que nos urge.La liturgia, que debiera ser lo que nos da la vida, es lo que nos está dando problemas y nos está secando.

Otro de los fenómenos sociales que afectan a la provincia es la inmigración. ¿La llegada de personas de otros países puede favorecer el mantenimiento de las comunidades cristianas?

El perfil del inmigrante que llega, fundamentalmente, de América y África,  es el de un católico bien formado y con una identidad cristiana y comunitaria muy fuerte al que no le ha quedado más remedio que salir de su casa. Tenemos las responsabilidad de detectar a estas personas, acogerlas en nuestra comunidad y acompañarlas porque nos enriquecen muchísimo.  Una de las directrices de la Conferencia Episcopal Española es justamente que los inmigrantes formen parte del tejido comunitario y que, progresivamente, vayan asumiendo labores de liderazgo.

¿Existen otras cuestiones que haya que mejorar?

En general, ya que esto es propio del catolicismo español, nuestras comunidades cristianas están mirando hacia adentro y el PapaFrancisco nos está pidiendo a la Iglesia la salida misionera. Nosotros no somos una institución en decadencia con cada vez menos personas. Somos una semilla y un germen que tenemos como tarea mostrar el evangelio a los que todavía no conocen al Señor. Más que un tema de sociología y de contar cuantos cristianos somos en la actualidad, la cuestión es a cuantos puedo anunciar eso que para mí es maravilloso.

¿Cuáles son los principales planes de la diócesis para este año?

Uno de los retos es reforzar la comunidad para que mire hacia arriba y anuncie. En la diócesis tenemos en marcha los planes de Pastoral y de Formación. Además, este año tenemos que implementar el plan de comunicación. Hemos hecho unas encuestas sociológicas y vamos a tratar de mejorar nuestra forma de comunicar, tanto internamente entre los cristianos como externamente. Este aspecto, en el caso de la Iglesia, es muy deficitario. El mundo, muchas veces, no tiene ni idea de lo que hacemos y, si se valora algo, suele ser la parte social.

Por otro lado, vamos a ir 24 personas desde Palencia (la mitad jóvenes) del 7 al 9 de febrero al Congreso de Vocaciones de Madrid. También iremos a Roma del 27 de julio al 3 o 4 de agosto con motivo del Jubileo. Relacionado con este asunto, los obispos de cada una de las diócesis declaramos las referencias jubilares que teníamos y, en nuestro caso, sería fundamentalmente la catedral y el CaminoLebaniego Castellano, pero también iremos poniendo referencias para ganar el jubileo en diferentes santuarios marianos de la provincia.

Hace referencia a la catedral a la hora de hablar del Jubileo.Es un templo que recibió a más de 60.000 visitantes a lo largo de 2024. ¿Con estas cifras es posible conjugar turismo y fe en la seo?

Sí.Es posible y deseable que se conjuguen ambas cosas. Lo prioritario es el culto a Dios, la liturgia, la oración y la admiración, pero se pueden combinar sin problema con las visitas. Para nosotros, el turismo religioso es muy relevante, sostiene a muchos de nuestros templos y la catedral, de hecho, funciona armónicamente. Ahora queremos seguir mejorando todavía más el flujo de visitantes porque todo turista religioso es una persona que potencialmente está queriendo recibir una información que hay que dársela, pero también anunciarle qué significa eso que tiene delante de sus ojos.

En verano de 2023, Diario Palentino informó de unos hallazgos en la capilla de SanIsidro. ¿En qué situación se encuentran en estos momentos?

Respecto a la investigación arqueológica, el siguiente paso se dará del 12 al 28 de junio, cuando unas profesoras de Australia y Estados Unidos impartan un curso internacional basado en los huesos que aparecieron en la capilla. Estará avalado y organizado por la Universidad de Valladolid (UVa) y tendrá como objetivo clasificar los restos que surgieron del subsuelo de la catedral como paso previo a seguir indagando en las imponentes estructuras romanas que hay debajo de la catedral. Yo sueño con que esa zona sea visitable y que todo el mundo descubra la interacción entre la parte romana del foro, la visigoda y la medieval.

¿Y la intervención para poder visitar la cubierta de la girola junto a los triforios de la seo?

Estamos en contacto con el Ayuntamiento porque la idea es que a través del mecenazgo y la suscripción popular se habilite una zona para poder pasear por el exterior de la catedral y observar una vista inédita de la ciudad.

Con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, habló de la buena labor que había llevado a cabo el gestor económico 

Sí, la profesionalización de la gestión de la Iglesia es algo que se viene pidiendo desde hace muchísimos años y todas las decisiones económicas se hacen con criterios de expertos. Si la gente deposita su confianza en nosotros y es muy generosa, para que mucho de ese dinero revierta en proyectos sociales dirigidos a personas que vienen mal, tenemos la responsabilidad de gestionar bien. 

En el Día de la IglesiaDiocesana se dijo que teníamos un superávit de un millón de euros cuando en realidad lo que había era una inversión pendiente que ya estaba comprometida y que tenemos que hacer. Dábamos como un activo lo que tenemos que gastar en los tejados del palacio episcopal y en continuar con las obras de la catedral y de parroquias. 

Tenemos ahí la obligación de gestionar muy bien un dinero que es escaso, teniendo en cuenta los cientos de parroquias que no son capaces de salir por ellas adelante.

¿Qué labor están relacionado las organizaciones pertenecientes a la diócesis en la provincia, como Cáritas o Manos Unidas, entre otras?

En la provincia hay cantidad de instituciones eclesiales que están realizando una labor sociosanitaria muy relevante. Si la Iglesia Católica dejara de hacer todo lo que está haciendo se hundiría el Estado del Bienestar. La vocación de la Iglesia es buscar el bien de la sociedad, la promoción y la formación. En este aspecto, hay muchísimas realidades, como el acompañamiento a personas que están solas.Nuestros voluntarios se cuentan por miles. 

Lo más bonito de la Iglesia suele ser lo que se hace de manera discreta o de forma callada, pero suele ser bueno, por justicia, reconocer todo lo que somos.

A mediados de enero estuvo en Cuba. ¿Qué labor llevó a cabo?

El cometido principal fue que tanto yo como los dos sacerdotes que me acompañaron(Jesús Rodríguez y mi hermano Alfonso Garciandía) diéramos los ejercicios espirituales al clero de la isla: diáconos, curas y obispo. Yo me quedé en el occidente, en La Habana; Alfonso Garciandía, en el centro, en Camagüey, y Jesús Rodríguez, en el oriente. Luego me pidieron presidir el inicio de los ocho días de oración por la Unidad de losCristianos. Lo hice en una iglesia presiteriana evangélica y fue una experencia novedosa.

¿Qué aspectos destaca de los cristianos cubanos?

De Cuba admiro la solidaridad y la cohesión de la comunidad. Los cristianos de allá se sienten uno, se apoyan, se ayudan y en situaciones de dificultad son realmente una familia. Su cercanía es asombrosa y en eso son de admirar. 

En un plano más personal, como aficionado a caminar por la montaña. ¿Hay podido recorrer el norte de la provincia?

Estuve en laTejeda de Tosande, pero poco más. Reconozco que este año me sacaré la espinita y la patearé un poco más porque tengo que hacer el Camino Lebaniego Castellano y alguna otra cuestión que tengo comprometida.

Por último, ¿qué es lo que más le ha gustado de Palencia?

Me deslumbran los templos y también la naturaleza y lo diferentes que son las comarcas palentinas. Yo soy de la montaña navarra y me gusta la zona media y laRibera y aquí me pasa lo mismo, aunque cuando paso de Saldaña y veo las montes algo me toca dentro, pero estoy muy feliz en la ciudad.