El enorme impacto que la guerra abierta entre Isabel Díaz Ayuso y la dirección del PP a cuenta del supuesto de espionaje contra la presidenta madrileña auspiciado desde Génova ha contaminado las negociaciones del partido en Castilla y León para la investidura de Alfonso Fernández Mañueco.
Cuando todos los focos estaban puestos en los movimientos de Mañueco y el PP en busca de los votos necesarios para repetir al frente de la Junta y Vox se perfilaba como factor decisivo tras apostar por entrar en el ejecutivo autonómico, el enfrentamiento entre Ayuso y la cúpula de su partido trastoca cualquier escenario.
Por lo pronto porque una declaración tan contundente como la de Ayuso, quien acusa al PP de intentar destruirla de forma "cruel", tendrá seguramente consecuencias, todavía impredecibles, para todo el partido, el mismo de Fernández Mañueco, e incluso puede repercutir en los pasos que Vox vaya a dar a partir de ahora.
De momento, Vox ya pide la Presidencia de las Cortes de Castilla y León en el marco de su posible apoyo al candidato popular, según fuentes próximas a la formación, que insisten en que ellos quieren estar en el gobierno autonómico al igual que entró Ciudadanos en la anterior legislatura porque han obtenido 13 escaños en los comicios.
Desde Valladolid, Mañueco ha dejado claro que él descarta por completo repetir las elecciones celebradas el domingo pasado y ha vuelto a apostar por un pacto parlamentario que le permita "un gobierno de cuatro años fuerte, sólido y en solitario".
Es decir, con un gabinete en el que no estaría Vox.
Ello después de que el PSOE, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la cabeza, haya puesto la ruptura total con Vox como precio a una posible abstención de los socialistas que ahorraría a Mañueco recurrir al partido de Abascal para ser presidente.
No ha despejado hoy el presidente de la Junta en funciones si va a pedir a los socialistas esa abstención ni si estaría dispuesto a acceder a que los de Santiago Abascal entre en su gobierno.
"Lo primero que voy a hacer es escuchar", ha zanjado.
Para ello abrirá una ronda de negociaciones con las demás formaciones políticas, que comenzará el lunes con el PSOE, y que incluirá a Vox, puesto que, ha asegurado, "no descarta a nadie".
Antes de las duras declaraciones de Ayuso contra la dirección del PP liderada por Pablo Casado, Alfonso Fernández Mañueco ha declarado que si algo le caracteriza es "tener su propia personalidad" y por ello sostiene que negociará "con las manos desatadas", de manera que así defiende actuar sin depender de estrategias diseñadas desde Madrid.
Por su parte, el secretario general de los socialistas de Castilla y León, Luis Tudanca, ha dicho que espera que el candidato del PP le pida su abstención, para la que él reitera el "cordón sanitario" a Vox, pero de cualquier modo está convencido de que acabará pactando con este partido, e incluso "lo tienen hecho".
"PP y Vox van a acabar pactando porque para el PP no es un problema moral, sino orgánico", ha aseverado, descartando así la posible repetición de los comicios a las que según él el PP tiene "pavor" porque Vox "se los ha zampado".
Entre tanto, desde Madrid otros partidos se han pronunciado sobre el posible efecto de la crisis interna en el PP en lo que suceda en Castilla y León.
El diputado de Más País Íñigo Errejón ha señalado que si hace dos días se hablaba de cordones sanitarios a Vox ahora habrá que hablar de "cordones policiales" y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha concluido que el líder del PP, Pablo Casado, "sale tocado".