Editorial

Cero es el número de delitos de odio que tendrían que registrarse

DP
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Estos ataques, que son perseguidos por la ley, representan lo peor de la sociedad y no deberían tener cabida en pleno siglo XXI

El Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España de 2023, que se presentó recientemente, no deja en buena situación ni a Palencia ni al conjunto de España. Los hechos registrados (delitos e incidentes) aumentaron respecto al ejercicio anterior.En la provincia pasaron de cuatro a dieciocho y en el país aumentaron un 21,35%. 

Los casos más frecuentes en tierras palentinas son los ataques a la orientación sexual o de género, que fueron un tercio del total. En segundo lugar, con cuatro, figuran las infracciones por motivos ideológicos. Por el contrario, no se registraron casos de antigitanismo, antisemitismo ni de aporofobia (discriminación a las personas pobres o desfavorecidas), según refleja la estadística facilitada por el Ministerio del Interior a través de la Oficina Nacional de lucha contra los Delitos de Odio (Ondod). Y cero también es el número que debiera de aparecer en el resto de categorías.

Por un lado, conviene recordar el aspecto legal: son delitos perseguidos por la ley y que un juez será el que decida la pena que reciba el infractor. Y por otro, el social: estos ataques a la condición de cada humano representan lo peor de la sociedad y no deberían tener cabida en pleno siglo XXI. Que por su género, por su religión o por su ideología, por citar algunos de los ejemplos que figuran en el estudio estatal, haya personas en Palencia (y en el resto del país, claro está) que tengan que sufrir insultos y humillaciones es lamentable y no dice nada positivo de nosotros. En este punto, hay que explicar, además, que el artículo 1 de la Declaración Universal de losDerechosHumanos asegura que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros».

No cabe duda de que este precepto, visto lo visto, poco o nada importa a los que comenten estos delitos y que es necesaria una mayor concienciación para reducirlos al máximo, al igual que se está haciendo en otros ámbitos, como los accidentes en las carreteras. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado hacen su labor y tratan de identificar a los autores de estos hechos, pero tendríamos que evitar que hicieran este trabajo. Es cierto que es una tarea difícil, como todo lo importante en la vida, pero hace falta una mayor concienciación y una mejor educación en todos los niveles. Y, sobre todo, pensar dos veces antes de pronunciar unos insultos o escribirlos en un mensaje en una red social.

Muchos de los que cometen estos delitos probablemente nunca se han dado cuenta de que la vida da excesivas vueltas y que, en el futuro, quizá sean ellos los que los reciban. Por eso hay que atajar de raíz comportamientos como esos. Es una cuestión de convivencia, educación y respeto.