Las casualidades se dan, sobre todo, cuando se pertenece a una familia de renombre con un apellido que atraviesa fronteras y continentes desde Perú. Un artículo plasmado en un recorte de periódico -enviado en un archivo fotográfico por parte de un amigo peruano sobre un crítico de arte y taurino que fue corresponsal de El País, ya fallecido en 1990, Manuel Solari Swayne- citaba como discípulo de Victorio Macho durante su exilio en Lima al escultor Joaquín Roca Rey (1923-2004).
El artista es hermano de Juan Roca Rey, muy vinculado a la historia de la tauromaquia en el país andino y abuelo del torero Andrés Roca Rey (Lima, 1996), que salió por la puerta grande en la última Feria de San Antolín. Según reza su biografía, el joven valor está ligado al mundo de los toros desde su bisabuelo por parte de la familia paterna. En mayo de 2017, tirando de hemeroteca, en El Mundo se publicó una reseña que refrendada esa coincidencia de parentesco, en la que se decía lo siguiente: «El Centro de Asuntos Taurinos de Madrid inauguró durante la Feria de San Isidro una gran exposición para conmemorar el centenario del nacimiento del maestro Manolete y recopiló obras de arte como el busto dedicado al mítico matador por Joaquín Roca Rey, gran aficionado taurino y tío abuelo de Andrés Roca Rey, que revoluciona el toreo de nuestros días».
Arte, saber y toros. Buscando datos fiables, en la biografía de Joaquín Roca Rey figura que fue uno de los escultores peruanos más destacados. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, desempeñando luego la labor de docente en dicho centro académico, en la Escuela de Arte de la Universidad Católica y en la Facultad de Arquitectura de Lima.
Alumno de Victorio Macho y tío abuelo de Roca Rey También se pone de manifiesto que durante sus estudios el artista trabajó en los talleres de Victorio Macho, en la etapa en la que el escultor palentino permaneció en un espacio cedido en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) em Lima, de 1940 a 1952. También se formó con otro escultor vasco, Jorge de Oteiza, exiliado en América. Joaquín Roca Rey realizó sus primeras exposiciones individuales en Lima (1948 y 1952) y París (1951), recibiendo el Premio Nacional de Escultura en 1952. En 1963 se trasladó a Roma y murió en 2004 después de realizar exposiciones por medio mundo.
Saga familiar muy taurina. El matador de toros Andrés Roca Rey es hermano menor del también torero Fernando Roca Rey, retirado en junio de 2022, y su tío José Antonio fue durante mucho tiempo rejoneador. A todo ello, se suma la gran pasión y afición taurina de sus diferentes familiares y de dicha saga forma parte su tío abuelo y escultor Joaquín Roca Rey, que inmortalizó en un busto al mítico torero español Manolete. El actual líder del escalafón en España llegó a conocerle, ya que al morir el artista contaba con 8 años.
Además, el torero de moda es bisnieto de Bernardo Roca, ganadero de toros bravos a comienzos del siglo pasado; nieto de Juan Roca Rey, administrador de la plaza de Acho de Lima en las décadas de los 60 y 70; así como sobrino nieto de José Antonio Tuco Roca Rey, gran aficionado y uno de los impulsores de la renovación del coso, que data de 1766 y tiene 257 años de historia. Esta plaza es las más antigua de América y una de las más grandes del mundo.
Posee una explanada en su lado oeste, conocida como patio de sombra, en la que se ubican un restaurante y el museo taurino. Allí hay una serie de piezas escultóricas alusivas a figuras del toreo y personajes ligados a la tauromaquia, entre las que destacan obras realizadas por Victorio Macho -en concreto un busto de la rejoneadora peruana Conchita Cintrón- Miguel Baca Rossi y Raúl Franco Ochoa.