El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 puso en marcha el pasado mes de abril el sistema de tarjetas monedero, una iniciativa que venía a sustituir las cestas de alimentos y que tenía por objeto facilitar a las familias vulnerables el acceso a los productos básicos.
Su funcionamiento consiste en la entrega de tarjetas con un saldo determinado para canjear en diferentes supermercados, lo que hace que sean los propios beneficiarios los que seleccionen qué productos comprar.
Este nuevo plan, sin embargo, acarrea varios problemas para los bancos de alimentos, ya que se ha limitado el reparto de estas tarjetas a familias en situaciones de vulnerabilidad extrema, lo que ha dejado fuera a muchas otras que antes se beneficiaban de las cestas de alimentos. «La última vez que repartí comida en físico tenía 388 usuarios, lo que equivale a unas 78 familias. De todas ellas, solo han entregado la tarjeta monedero a cinco. Se han quedado unas 75 fuera por no cumplir los requisitos», lamenta la secretaria del Banco de Alimentos de Palencia, Rosa Ortega. De acuerdo con este apunte, solo una de cada 16 familias palentinas que antes acudía al reparto en físico dispone de una tarjeta.
Uno de los agravantes de la situación es que los bancos ya no disponen de la financiación del Fondo Europeo de Ayuda a Desfavorecidos, si bien continúan atendiendo a prácticamente al mismo número de personas. «No podemos dejar fuera a estas familias. No entran en el nuevo plan, pero sé que tienen las mismas necesidades que tenían antes», asegura Ortega.
Tal y como detalla la secretaria, la Unión Europea ayudaba dos veces al año para que los bancos realizaran una compra y, posteriormente, repartieran esos productos entre los usuarios. «Antes atendía a las 78 familias con los recursos de la Unión Europea y podía completar las entregas con lo que tuviera aparte», señala.
Debido a que se han restringido las ayudas, el Banco debe afrontar esta situación con sus propios recursos y con los donativos de entidades privadas. «Al final, estamos atendiendo a las mismas personas. A nosotros no nos ha beneficiado en nada el monedero», apunta.
Cabe señalar que desde el Banco de Alimentos aplauden la idea sobre la que se sustenta el nuevo sistema, si bien reclaman que exista una mayor flexibilidad para el acceso a esta prestación. No es que me parezcan bien las tarjetas monedero, es que me parecen fenomenales ya que cada uno en su casa puede comprar el producto que más necesite o más considere oportuno», manifiesta la secretaria. «Entiendo que las familias con niños tienen que estar cubiertas, pero tampoco pueden quedar el resto desatendidas», reivindica la secretaria.
LA MIRADA EN 2025. A pesar de que las tarjetas monedero son gestionadas por el Gobierno, el reparto de las mismas depende de Cruz Roja, algo que podría cambiar el 1 de enero de 2025.
A partir del próximo año, las competencias para la gestión de estas tarjetas pasarán a las comunidades autónomas, una modificación que desde el Banco de Alimentos de Palencia ven con optimismo. Y es que cabe la posibilidad de que el Gobierno autonómico decida distribuir el reparto entre Cruz Roja y los respectivos bancos de cada provincia, lo que los dotaría de más recursos para atender a sus usuarios. «A lo mejor la Junta decide que estas tarjetas las podemos entregar también nosotros. Si, por ejemplo, nos dan la posibilidad de repartir el 50 por ciento de las mismas en la provincia, eso que podríamos ayudar sin tirar de nuestros propios recursos», desgrana. En caso de materializarse la medida, el Banco atendería a parte de sus usuarios con el suministro de estas tarjetas en lugar de con productos.
CAMBIO DE PERFIL. Desde el Banco de Alimentos alertan de un cambio en el perfil que acude a pedir productos. «Desde la pandemia acude más gente joven con niños en edad escolar», advierte la secretaria del colectivo. Y es que, subraya, antes los usuarios tenían una edad media de unos 50 años. «Eran personas más mayores con dificultades para encontrar trabajo», enfatiza Rosa Ortega.