La nueva opción de construcción más apta y sostenible

A. Míguez (ICAL)
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Las 'casas pasivas' son las nuevas viviendas que cada vez tienen mayor demanda en Castilla y León por quienes buscan una casa comprometida con el cuidado del medio ambiente y la eficiencia

Fábrica de viviendas ‘passive houses’ en Carrión de los Condes. - Foto: Brágimo (ICAL)

En una sociedad cada vez más comprometida con el cuidado del medio ambiente, las denominadas passive house o casas pasivas se están convirtiendo en la opción predilecta para quienes buscan una construcción eficiente y sostenible. Su popularidad aumentó en los últimos años, ya que son inmuebles pensados para minimizar la huella ambiental mediante un aislamiento superior, una mejor hermeticidad al aire o sistemas de ventilación controlada. Un aspecto que se vuelve cada vez más importante debido a la creciente preocupación sobre el cambio climático y el aumento de los costes energéticos. Como resultado, hay una creciente demanda de arquitectos y diseñadores especializados en el desarrollo de casas.

«¿Es mucho más cara que una casa tradicional? ¿Es compatible con el clima de mi ciudad? ¿Funcionará realmente? ¿Requerirán de mucho más mantenimiento?». Todas ellas son preguntas que los posibles clientes se repiten constantemente antes de dar el paso de adquirirla ya que todavía existe mucho desconocimiento en cuanto a este tipo de inmuebles. La empresa palentina Medgón llevan casi 20 años diseñando este tipo de edificaciones. David Sánchez, director de proyectos, destaca la reducción de puentes térmicos, el uso de ventanas de altas prestaciones o los sistemas de ventilación de última tecnología como medidas que ayudan a «mejorar la calidad de vida de los ocupantes de la vivienda al garantizar un ambiente interior, confortable y saludable».

La diferencia de precio entre una passive house y una casa tradicional «no es significativa». «Puede suponer un cinco por ciento a mayores en la inversión inicial, pero se puede amortizar, como mucho, en un plazo de diez años, después, los beneficios son puramente financieros, ya que se reduce significativamente el gasto energético», remarca.

Su demanda se ha disparado, especialmente, desde la pandemia. Así lo demuestra el hecho de que cada vez es más habitual ver este tipo de construcciones.

Aunque los inviernos en la región son muy fríos y sus veranos especialmente calurosos, las passive house son capaces de adaptarse para proporcionar un ambiente confortable durante todo el año. Durante el invierno, serían capaces de retener el calor generado por el sol, minimizando la pérdida de calor a través de un aislamiento  y una hermeticidad al aire. Durante el verano, su estructura sería capaz de reducir la ganancia de calor excesiva y mantener un ambiente fresco gracias a estrategias de sombreado efectivas, sistemas de ventilación cruzada y el uso de aislantes que impidan la transferencia de calor desde el exterior.

Desde la compañía palentina, se están impulsando proyectos de investigación que permitan readaptar los edificios ya construidos a las nuevas necesidades de los clientes y también se trabaja para reaprovechar un recurso muy escaso en muchas zonas de España como es el agua.

Además, este tipo de construcciones pueden ser más seguras frente a los incendios.  Aunque no están diseñadas específicamente para ello, suelen utilizar materiales de construcción menos inflamables y más resistentes al fuego. También se caracterizan por tener una buena ventilación creando un ambiente interior menos propenso a la acumulación de humo en caso de incendio.

Al contrario de lo que se pueda pensar, su estructura de madera, aún siendo de más rápida combustión, presenta un mejor comportamiento ante las llamas ya que al quemarse, crea un caparazón de carbón que ralentiza la destrucción.

En cualquier caso, los bomberos insisten en que es importante tener en cuenta que ningún edificio está completamente exento de riesgo. Es fundamental cumplir a rajatabla con las normas de seguridad tales como sistemas de detección, posibles salidas de emergencia o alarmas antiincendios.

En definitiva, son viviendas con mejoras en cuanto a la seguridad, la eficiencia energética y la sostenibilidad. La previsión es que la tendencia continúe al alza y más teniendo en cuenta que en Castilla y León existen líneas de ayudas específicas para este tipo de construcciones que incluyen subvenciones directas, préstamos a bajo interés o incentivos fiscales. Incluso las entidades bancarias ofrecen, en muchos casos, préstamos favorables o condiciones de pago flexibles para proyectos de construcción sostenible.