De nuevo viviendo un día en el pasado, esta vez imaginando cómo sería una jornada laboral, una jornada algo más extensa que las actuales y en la que se desempeñaban oficios que ya no existen, como el de carretero entre otros, o que están a punto de desaparecer por completo.
Hubiese sido impresionante ver cómo el señor Justino arreglaba carros en Sotobañado, pero, por desgracia, este es uno de los oficios que ya ha desaparecido, aunque gracias al uso decorativo podemos apreciar las herramientas que se usaban antaño para estos menesteres.
Si alguien se decide a dar un paseo por Amusco tendrá la gran suerte de poder toparse con uno de los pocos herreros que van quedando, y sobre todo poder ver una herrería que mantiene la esencia de antaño. Jaime lleva el oficio en la sangre. Su padre Domingo Meneses adquirió la herrería donde su hijo sigue ejerciendo el oficio en 1963. Por circunstancias de la vida, sus padres, hijos ambos de herreros, se instalaron en el pueblo creando ahí su familia y su negocio. Entre las maravillas que se pueden contemplar hay un yunque de 1882 y un martillo pilón.
Maderas autóctonas empleadas para las creaciones artesanales de Deunpalo.Aunque es cierto que siempre hay que introducir novedades para adaptarse a los nuevos tiempos como encender la fragua a diario, pero ya sin fuelle, en este magnífico lugar intentan mantener la esencia de una herrería a la antigua usanza y se realizan cantidad de trabajos distintos como rejas, mesas, bancos, piezas de arreglo de maquinaria… ¡Incluso porterías de fútbol si es requerido!
Es necesario comentar los problemas que tienen quienes intentan mantener este legado, ya que, entre otros problemas, se encuentran con que los proveedores de material ya no son los de antes y la competencia en el mercado de productos estandarizados hace que sea bastante complicado subsistir.
el arte de la madera. El arte de la madera es otro imprescindible. Pocos carpinteros y ebanistas van quedando de los de antes, aunque es cierto que hay buenísimos artesanos en la provincia que hacen verdaderas maravillas. Gran descubrimiento se puede hacer si se te ocurre acercarte a Abarca de Campos, donde aparte de su famoso carrillón puedes encontrarte con el taller de Deunpalo y disfrutar de las maravillas que Marimar hace.
Martillo pilón de la herrería de Amusco.La complicación de los artesanos en estos días es bien sabida por todos. Ahora los artesanos tienen que luchar mucho por su subsistencia y tienen que hacer todo el proceso, antes en los talleres había uno o varios aprendices, pero en la actualidad es el propio artesano el que limpia el taller, devasta la madera…
Dato curioso y que merece la pena destacar de este pequeño taller artesanal es el uso de maderas recicladas, todas ellas de origen autóctono y el hecho de que no se generan desperdicios, la viruta se utiliza en la huerta, tiene compostadoras y los restos se emplean para calentar el taller en los días más fríos.
Como bien se reseñaba anteriormente, es difícil mantener las maneras de trabajar de antaño, es inviable a nivel productivo, la rentabilidad económica se ve duramente afectada, por lo que, por ejemplo, realizar una talla a mano es prácticamente imposible y se ven obligados a emplear tornos y otras maquinarias.
Utensilio de madera para la matanzaEn el taller de Deunpalo se emplean productos que no dañan el medio ambiente como cera de abeja o goma loca, de origen animal. Y para darse a conocer se desplazan a los mercados de artesanía, un mundo peculiar en el que sería interesante ahondar.
Hay otros oficios que siguen existiendo como el de los labradores aunque nada tienen que ver los modernos tractores y maquinarias con los rudimentarios utensilios y aperos que se usaban antes. A pesar de su modernización este oficio ha perdurado debido a la necesidad de alimento, a veces poco valorado pero imprescindible, aunque a veces se olvide. La vida en las urbes hace incluso que a veces los más pequeños desconozcan la procedencia de determinados artículos alimentarios.
Lamentablemente, la falta de digitalización hace que se hayan perdido fotos y documentos, entre otras innumerables joyas que servirían para ver exactamente cómo se realizaban antes tareas que ni se pasan por el pensamiento, como por ejemplo la realización de una mudanza. Por desgracia, un incendio arrasó con las fotografías más antiguas que la familia Nozal tenía de cuando Enrique Nozal realizaba esta tarea mediante el uso de carros tirados por animales pues era la única fuerza existente en el momento, más adelante se sustituyeron por la potencia de los camiones.
Utensilios para labores del campo. Algunas formas de llenar el plato en la mesa siguen utilizándose, aunque quizá en menor medida, si bien es cierto que hace años la caza, pesca y sobre todo la matanza suponían el avituallamiento anual para la despensa. La tradición de la matanza también ha sufrido modificaciones por la propia evolución de los tiempos, no sólo es una tradición, es un momento de festividad en muchos pueblos de la provincia donde los vecinos se reúnen para tomar una pasta y un orujo con motivo de la misma.
En una de las fotos podemos ver una antigua Artesa, que es un utensilio de madera de una pieza, de tronco de olmo o de pino, en la que se guardaba la carne y costillas del cerdo de la matanza, para echarles el adobo con sal, pimentón y orégano.
En el siguiente artículo cobrarán protagonismo algunas de las danzas más tradicionales de los pueblos palentinos, no todo era trabajar, aunque ello ocupase gran parte de la vida de la gente hace años.
Yunque y fragua ubicada en Amusco.Y llegando en estas horas, llega la hora del adiós como cantaban entonces. «Allá va la despedida la que dan los labradores, surco arriba surco abajo y adiós ramito de flores».
* Beatriz Esteban Alonso es presidenta de la Agrupación Folklórica Reino de Castilla