Siempre resulta gratificante dar cuenta de los éxitos, el crecimiento, la expansión, los premios, los proyectos innovadores y el reconocimiento nacional e internacional de una empresa palentina. Por lo que significa en el ámbito del desarrollo y la economía de la provincia, por los puestos de trabajo que mantiene y, naturalmente, por la forma de llevar el nombre de Palencia por aquellos ámbitos en los que se mueve. Y todo ello cobra mayor fuerza aún cuando a sus éxitos se suma la continuidad en el tiempo, el haberse mantenido durante lustros o décadas, pese a las dificultades con las que se haya topado en el camino, pese a la feroz competencia en algunos casos y pese a las sucesivas crisis sufridas tanto en España como en el resto del mundo.
Hay que felicitar a estos empresarios que contribuyen con sus proyectos, inversiones e investigación a la buena marcha del sector al que pertenecen, de la localidad en la que se ubican y, por extensión, de toda la provincia. También hay que felicitar a sus equipos directivos por el mantenimiento de una filosofía productiva que busca en todo momento la excelencia. Y, por supuesto, a sus plantillas de trabajadores que hacen efectivas en el día a día las decisiones tomadas en los despachos. Sin olvidar tampoco las redes comerciales y de distribución que favorecen las ventas y la expansión de sus producciones.
A propósito, precisamente, de lo dicho, traemos a nuestras páginas a una empresa veterana, con treinta y cinco años de historia, que ha conseguido ampliar su cartera de clientes hasta rozar el millar y no solo españoles sino de cincuenta países, y que el año pasado llegó a los diecinueve millones de euros en ventas. Reúne las características citadas de innovación, crecimiento, expansión internacional, productos de calidad contrastada, mantenimiento del empleo y abordaje de nuevas proyectos, amén de contar en su haber con importantes reconocimientos. Es Cicrosa, una firma radicada en Dueñas, que fabrica cilindros hidráulicos para distintos sectores y que en estos momentos prepara su entrada en la industria naval. Inversiones próximas al millón y medio de euros en la última década y un sello innovador y patentado en la soldadura con tecnología láser -al parecer, la única del mundo que lo utiliza- hacen de esta empresa familiar una verdadera fortaleza para la economía local y provincial. Sus treinta y cinco años de vida dicen mucho del esfuerzo diario por seguir ahí y por ser los mejores.
Empresas como esta en distintos sectores, con características propias y distintivas, de tamaños y producciones diversas, son las que conforman el tejido del que se nutre el buen nombre de Palencia. Son importantes y, en la mayoría de los casos, imprescindibles.