En su décima edición, el Maratón de Cuentos, organizado por la Junta, la biblioteca, De tal cuento tal astilla y Las que habitan, estuvo protagonizado por los oficios. «Un número tan redondo llevaba consigo un gran homenaje… y queríamos decir gracias a los cuentistas que hacen de este arte su oficio y, cómo no, a los que os convertís en tales por un día para acompañarnos en el maratón. Pero también a quien trabaja tus zapatos, ¿por qué no? A quien confeccionó tu traje o hizo tu casa. Un homenaje a quien te enseñó las letras y a quién curó tu catarro…», justifican los promotores de la actividad.
La mañana estuvo reservada a centros escolares e institutos y, así, en ese horario pasaron por la biblioteca unas 400 personas del Juan Mena, Santa Clara de Asís, Anacleto Orejón, Modesto Lafuente -de la capital y Cervera de Pisuerga-, Marqués de Santillana, CRA Cerrato, Ángel Abia, López Vicuña, Fundación San Cebián y Villa San José. El horario de tarde estuvo repartido en sesiones para familias y público adulto.
Casi medio centenar de personas, 42 en concreto, se apuntó para ser contador por la tarde. En aras de cumplir la máxima de no leeer sino narrar cuentos, los organizadores aconsejaron a los inscritos elegir un texto que realmente les apeteciera contar; leerlo varias veces, sacar la idea principal (una palabra o frase), porque es importante que se entienda lo que se quiere contar (el público sacará otras mil lecturas, hay tantos mensajes como personas, eso es muy interesante); y conocer bien a los personajes... Asimismo, la organización recomendó visualizar los lugares para dar detalles en la narración y ponger a funcionar la memoria, y es que «somos un instrumento maravilloso; haz un correcto uso de tu voz y tu cuerpo», indicó. «Cuéntalo muchas veces, solo, frente al espejo, delante de alguien. Cada vez tiene que ser diferente, si no estaremos soltando texto de memoria mientras que lo interesante es vivir el cuento cada vez que lo cuento. Y lo más importante…¡disfrútalo!», aleccionó De tal cuento tal astilla y Las que habitan.
Muchos de los cuentos fueron de autoría propia, entre ellos los titulados Daniel el Pirata, La nube policía, El pescador y su mujer, Abeceoficios, Coronel, mi coronel, El nuevo estibador, Moiras, Mi oficio en el museo y La afiladora de espadas láser / espejismo.
Además, en el turno de adultos, un grupo de personas con el apoyo de Mercedes Herrero (de Pezluna) contó los cuentos escritos en el taller de escritura creativa de la biblioteca pública impartido por Raquel Lozano.
desde 2015. El Maratón de Cuentos, promovido por la Escuela de Teatro La casa del agua, nació para poner en valor la expresión oral y la comunicación directa de persona a persona, abrir la posibilidad de imaginar historias diferentes para romper límites y poder incentivar la tolerancia, dando importancia a las palabras e historias que ayudan a tener una mirada abierta a lo desconocido, lo nuevo. En la primera edición, celebrada en 2015, el maratón se desarrolló en el ambigú de la biblioteca; en la segunda comenzó a habitar el salón de actos y a participar colegios e institutos por la mañana.