La Hermandad de Donantes de Sangre prevé finalizar 2023 con 6.300 donaciones, casi 300 menos que el año pasado, cuando fue de 6.592. Hasta ahora, la última cifra es de 5.960, correspondiente al 30 de noviembre. «Sí que cumplimos las expectativas de este año, aunque nos esperábamos subir más», reconoce Manuel Maza, presidente de la hermandad. «Hemos tenido épocas buenas y, aunque hemos bajado respecto al año pasado, nos movemos cada ejercicio más o menos en las mismas cifras», añade.
Las donaciones de sangre en la provincia han mantenido datos similares los últimos cinco años. En 2018, la cifra fue de 6.368; en 2019, de 6.352; en 2020, de 6.069; en 2021, de 6.575; en 2022, de 6.592; y en el presente año, a falta del cierre definitivo, de 5.960. «La meta que nos proponemos para 2024 son las 7.000», apunta Maza.
Los planes futuros de la hermandad pasan por incrementar la colaboración con el sector privado. «Queremos organizar para el año que viene una colecta en el polígono. Para ello, estamos en contacto con diferentes empresas», afirma Maza, quien a su vez reconoce el interés por colaborar con Gullón para la colecta de sangre. «El problema que tenemos son los horarios del personal, pues no podemos ir y parar la cadena de fabricación», explica. De forma complementaria, la entidad ha puesto en contacto al Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León con la cárcel de Dueñas. «También tenemos una colaboración anual con Zunder Palencia en la que, durante una semana, regalamos entradas para todo aquel que vaya a donar», detalla.
Además del sector privado, las instituciones también ofrecen su apoyo a la hermandad. Prueba de ello es el convenio con la Diputación, en el que, más allá de la aportación económica, se organizan dos maratones anuales de donaciones de sangre (con un intervalo de seis meses). El último de ellos tuvo lugar el pasado 16 de diciembre en el Palacio Provincial.
CAPTACIÓN DE JÓVENES. Otro de los objetivos de la hermandad es la captación de un perfil joven de donantes, que son «los que más recorrido tienen a la hora de donar». «Hemos empezado a movernos por las redes sociales porque es donde está la juventud», recalca el presidente. «Los mensajes que emitimos son similares a los que transmitimos en televisión, en los que contamos qué es lo que se necesita y por qué es necesario», apunta. Actualmente, el perfil promedio de donante se sitúa en varones de entre 50 y 55 años.
La instalación de puntos móviles de donación en institutos y universidades es otra de las iniciativas que persiguen atraer al donante juvenil. «Estos puntos tienen efecto porque el día que se hace una colecta te responden bien. El problema es la constancia que no somos capaces de arraigarles», manifiesta el presidente de la hermandad.
El mantenimiento de este tipo de puntos conlleva «un gran coste de personal». «En Palencia hay un equipo de un médico y dos enfermeras. Disponer de estos profesionales es muy complicado», indica Maza. Y es que, según explica el presidente de la hermandad, «en Soria, por ejemplo, se tuvo que cerrar este verano el punto fijo de donación porque no había sustitutos para cubrir las vacaciones». Debido a estos costes, «cuando se busca una nueva ubicación para instalar un punto móvil, hay que asegurar un mínimo de 25 donaciones para que sea rentable el desplazamiento», enfatiza.
Las necesidades en la comunidad, según establece el Centro de Hemoterapia y Hemodonación, se sitúan en 450 bolsas de medio litro diarias. «Gracias a Dios, Castilla y León es autosuficiente», se congratula el presidente de la hermandad. No obstante, los grupos A+ y 0+ están un poco escasos». Esta situación, explica Maza, «no atiende a ninguna regla». «Va por épocas y, cuando te das cuenta, es otro el grupo que escasea», concluye.