Marcados con hierro

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A escasos kilómetros de Carrión, en Calzada de los Molinos, se encuentra la Finca 'El Pisón', propiedad de Jesús Caminero y Concepción Quijano. Ayer se vivió un día muy especial: se marcó a 16 hembras y 14 machos

Un momento del herradero de reses bravas de la ‘Ganadería Concepción Quijano’ en la Finca ‘El Pisón’ - Foto: sara muniosguren

Jesús Caminero y Conchi Quijano compartieron ayer con familiares y amigos el herradero de reses de bravas de su ganadería. Para  ponerla en marcha en la Finca El Pisón, ubicada en Calzada de los Molinos e inaugurada en 2010, escogieron reses de procedencia Jandilla -20 vacas de Los Chospes y otras 20 de Sonia González.  Ayer, a lo largo de una mañana fría  pero luminosa, tuvo lugar el herradero de 16 hembras y 14 machos, nacidos el año pasado. Por eso fueron  marcados con el 3, además de con el hierro de la ganadería, CQ (Concepción Quijano), la R  la Asociación Asociación de Criadores de Reses de Lidia  y en el costillar el número que correspondía a cada cabeza.

Concepción Quijano explica que las vacas se tentarán  para madres, «la que sale buena se queda y la que no va al matadero». En cuanto a los machos, «se está intentando llevarlos a novilladas sin picar para ver  cómo salen. Este año se quiere tentar  machos de los del año pasado con la idea de si se queda  alguno como semental, porque hoy el que tenemos es cedido de la Casa Matilla.  El año que viene se lidiarán de novillada sin picar, cuando pase un tiempo y veamos que salen  buenos, los de sin picar se dejarán para tres años, de utreros para novilladas picadas, y después cuatreños, para corridas de toros».

Las vacas se tientan, se meten en la plaza de toros con un caballo de picar, un matador o un novillero y se torean. «Si nos gusta cómo van al caballo, al capote, la muleta, se dejan para madre».  Con el semental se hace lo mismo. «Se tientan los más bonitos,  sometidos además a un examen muy exhaustivo. Tiene que ser bueno. No podemos dejar uno que no embista bien, que no vaya al caballo», subraya la ganadera.

La situación que atraviesa el sector no es nada buena. La crisis, señala Concepción Quijano,  es general. «Se ve que los pueblos que antes hacían cuatro festejos serios, los han dejado a la mitad  o directamente los han quitado. Lo que hay es mucho de capea. Se venden la mitad de toros que otros años. Se ha notado que los ayuntamientos no tienen dinero».

El herradero también ha servido para  desparasitar y sacarles sangre por un tema de genética, de la Asociación.