El tratamiento del cáncer ya no tiene edad

Ana Soteras (EFE)
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La oncogeriatría avanza paso a paso y se instala en los hospitales para dar una atención integral al paciente mayor y poder tratarle la enfermedad con terapias menos tóxicas

Los especialistas demandan protocolos únicos y equidad para el acceso de estos enfermos a la atención especializada. - Foto: Imagen de Freepik

La edad avanzada, a partir de 70 años, ha dejado de ser una barrera para acceder a determinados tratamientos contra el cáncer. La oncogeriatría se abre paso en los hospitales para ofrecer una atención integral al paciente mayor y poder tratarle con terapias menos tóxicas.

Coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer, que se celebró ayer, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) quiso ahondar en esta especialidad, que se posiciona como una necesidad asistencial, todavía con retos en el horizonte, ya que la esperanza de vida se alarga y la incidencia de cáncer aumenta conforme se cumplen años.

De los 296.103 nuevos casos tumores previstos en España para 2025, casi el 60 por ciento se diagnosticarán en mayores de 65 años (176.981), según el informe Las cifras del cáncer en España de la SEOM en colaboración con la Red de Registros de Cáncer (Redecan).

«Ha habido un cambio de paradigma porque antes se desestimaba el tratamiento activo única y exclusivamente por edad», explica el coordinador de la Sección de Oncogeriatría de la SEOM, el doctor Borja López de San Vicente.

Señala que, aunque hay casos en los que la fragilidad del paciente no permite hacer un tratamiento oncológico específico, «disponer de nuevas herramientas terapéuticas menos tóxicas y más eficaces facilita atender a mayor número de población, entre ellos a las personas mayores».

Valoración imprescindible

El perfil del paciente geriátrico, a partir de los 70 años, según la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica, es el de una persona que puede tener una o varias enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, obesidad…) y factores propios de la edad (incontinencia urinaria, riesgo de caída o falta de autonomía y movilidad).

«La atención a personas mayores con cáncer es más compleja. Los tratamientos estandarizados no siempre se adaptan a sus necesidades», apunta López de San Vicente, también oncólogo en el Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao. Por su parte, la oncóloga Gemma Soler, de la Sección de Oncogeriatría de SEOM y médica en el Instituto Catalán de Oncología (ICO) de L'Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, precisa que ahora no basta con conocer la edad cronológica del enfermo, sino también la edad biológica, que determina su estado.

«La valoración geriátrica, aunque no ha demostrado un aumento de la supervivencia global, sí ha mejorado la calidad de vida y la autonomía del paciente y ha supuesto una reducción de los ingresos hospitalarios», asegura el oncólogo.

Y ahora se puede avanzar aún más con las herramientas de inteligencia artificial que, sobre todo, predicen la respuesta del paciente al tratamiento y anticipan los posibles efectos adversos.

Para dar una mejor asistencia al paciente mayor, la oncogeriatría persigue cambiar el enfoque, pero es una especialización que no está implementada por igual en los hospitales públicos.

«Aunque hay una mayor concienciación y más estructuras, todavía nos queda mucho por hacer», ya que no existen protocolos únicos ni equidad en el acceso a este tipo de atención, precisa el doctor, quien ve también necesaria la formación en oncogeriatría.

Para la oncóloga del ICO otro de los problemas es la escasez de recursos, en especial de profesionales sanitarios, como geriatras o enfermeras, estas últimas con un papel importante en el cribado del paciente.