Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Inevitable ausencia

20/07/2023

Celebré con mi familia palentina santo y cumpleaños. Usé la vajilla regalo de mis hermanas en bodas de plata y que guardo con ilusión por recuerdos vividos en la parcela y en Villasirga: boda celebrada por Juan Melero y Eduardo Herrero. Tuvimos privilegio: subir al altar, ofrendar el pan y el vino y leer poema y acción de gracias. Grabó Carlos Bravo, amigo entrañable, como los anteriores. El día anterior, inmortalizó la huerta donde cultivábamos un poco de todo y, ese año, escarolas jugosas, tiernas. Toqué el piano acompañada de Mamen y  el violín de Álvaro.  Vuelvo al 16 de julio 23. Todos dormían. Conté -siempre diez- entremeses y marisco, primer plato, segundo, postre, bol gazpacho, tazas para café, platos para la tarta. Mi mente había borrado la ausencia obligada de mi esposo, la persona que me dio cuanto necesité y con la que viví los mejores años de mi vida y a la que sigo amando ¿por qué? Misterios de la mente. Necesitaba que estuviese con todos.
Al  lado de la cama, cuelga el retrato de boda. Más colegiala que muchacha a punto de dar el sí. Firma Gerbolés, Valladolid. Despierto: la miro; hablo con él, que ya no está, y pido ayuda Dios. Camino sola. Vuelve a mi mente la boda plena de poesía: Manuel Carrión nos echó las bendiciones. Duraderas. Tengo el perfecto soneto que nos dedicó, escrito en una servilleta, durante la comida. Lo enmarqué  con orgullo. Estuvieron José María Fernández Nieto y Juan José Cuadros.  El primero fue a "darme el visto bueno", en persona, a Cubillo de Ojeda cuando Marcelino le contó que se había enamorado.  Vicente Aleixandre lo haría, y no menos efusivamente, por carta. Aparecen sus  palabras en el libro de Marcelino: Calle Mayor. 
Felicitaciones, ánimo, fuerza. Mi móvil se bloqueó. Liberé espacio. Leí: Antonio de la Peña: «Querida Carmen, felicidades, te recuerdo con mucho cariño, afecto y admiración. Me he enterado muy tarde de la muerte de mi querido amigo Marcelino. Lo he sentido profundamente, gran poeta, gran persona. Carmen, es ley de vida. Demos gracias a Dios  porque los 700 años de la Bella Desconocida fueron comentados por tu marido. Guardo las fotos que nos hicimos junto a Luis Alonso. Adios hermana, te quiero. Gracias a todos por vuestro recuerdo, cariño y buenos deseos».