Algo tienen la dulzaina y la caja que nunca desagradan al oído. Quizá es porque su sonido engarza con el acervo acumulado por generaciones y generaciones para las que esta fue la única música que escucharon, cantaron, bailaron y disfrutaron. El III Encuentro de Dulzaina Ciudad de Palencia reunión ayer en la capital a unos 150 dulzaineros, redoblantes y percusionistas, que con su música llenaron de color el centro capitalino. 

Divididos en dos grupos, partieron a eso de las 12 horas de la plaza de San Pablo y del parque del Salón para encontrarse en el Monumento a la Mujer Palentina y, desde allí, ir a la plaza Mayor. No dejaron a nadie indiferente porque no se han dado muchas ocasiones en las que se haya podido disfrutar de tal cantidad de músicos tocando al unísono. 

Este tercer encuentro ha sido posible gracias a la Asociación Cultural Tarambanas, que ayer logró reunir a formaciones y músicos de Palencia, el resto de provincias de Castilla y León, Madrid o Santander. Su responsable, Javier Paredes, recordaba que el objetivo de este colectivo es «que la gente escuche nuestra música porque muchas veces se olvidan nuestras tradiciones». 

Desde luego que ayer lo consiguieron porque aunque no todos los que disfrutaron de su música se animaron a bailarla -que los hubo que sí- consiguieron que la música tradicional se escuchase en cada rincón del centro.